En
los últimos años el número de recetas de antipsicóticos en niños se ha
multiplicado por 7. Un estudio reciente apunta a que el consumo de
antipsicóticos potentes, que tradicionalmente se ha reservado para tratar la
esquizofrenia y la psicosis, y que en la actualidad se indica fundamental
para el tratamiento del TDAH, el trastorno bipolar, e incluso la depresión,
pueden triplicar el riesgo de padecer diabetes tipo 2 en niños.