domingo, 3 de agosto de 2014

Digitopresión para un invierno sin catarros.

Por increíble que parezca, la Vida ha dado lo más esencial a todo el mundo; más allá de su condición económica, social o cultural. 

Pondré un ejemplo a modo de demostración de lo anterior, antes de entrar en la materia propia de este artículo. Hace referencia al campo de la educación.


Uno pudiera pensar que el desarrollo de la inteligencia en un niño va a depender fundamentalmente del nivel económico de sus padres, por cuanto podrán darle los mejores profesores y colegios para su formación académica. Pero esto no es así. De hecho, en la zona del planeta donde  vivo, se ha detectado una enfermedad que llaman “el mal del emperador”, que consiste en que muchos jóvenes de clase media-alta, pegan a sus padres. Lo curioso del caso, es que éstos no logran comprender el por qué de su actuación, porque a su modo de ver, ¡siempre se lo han dado todo! Es decir, les han dado los mejores colegios, les han comprado los mejores teléfonos de última generación, la más moderna video-consola, los han mandado a la piscina, al kárate y al profesor de piano, y sin embargo,... Les han dado todo, menos su tiempo, ese encuentro maravilloso, que responde al nombre de amor. Y el amor, si hacemos caso a los modernos enfoques psicológicos en la materia, es el mejor instrumento para que un niño crezca inteligente y feliz. Y mis amables lectores estarán de acuerdo, que el amor no se  compra, ya que viene “de serie” en el centro del corazón de todo ser humano. Sólo hay que usarlo.

En el campo de la salud, también lo esencial ha sido puesto al alcance de todo ser humano; más allá de las estrategias de venta de las grandes compañías farmacéuticas cuya publicidad pretende demostrar que sólo tomando sus productos podemos mantener una vida equilibrada y sana.

En las civilizaciones antiguas, había una costumbre que sería bueno recuperar. Todo el mundo tenía un conocimiento básico acerca de las plantas que la madre naturaleza en su generosidad, había puesto a nuestro alrededor para alivio de  dolores y enfermedades. Conocían el momento adecuado de recogerlas y también cuáles eran sus propiedades más importantes. Era esa una manera sencilla, barata y al alcance de la mano que todo el mundo tenía.

Pero todavía existe un método para sanar más cómodo y barato: nuestro cuerpo. 

La Medicina Tradicional China descubrió hace miles de años, la existencia de unos lugares en nuestro organismo que solemos conocer como puntos de acupuntura y conjuntamente con su lugar de ubicación, también encontró y desarrolló sus propiedades. Éste que hoy nos ocupa es conocido como P7 (el siete del meridiano de pulmón).

Se encuentra muy próximo a la apófisis estiloides del radio, entre el tendón extensor del pulgar y el borde del radio. Al cruzar los dedos índices y pulgares de las dos manos y colocar el índice de una mano en la apófisis estiloides del radio de la otra mano, el punto está en la depresión, justamente por debajo de la punta del dedo índice (en China llaman a esta técnica “boca de tigre”). Es un punto muy potente y que si utilizamos correctamente, con muy poco trabajo podemos lograr atravesar el invierno,...  ¡sin un catarro!

¿Cuándo  actuar sobre el punto?

Cuando estornudes.

El cuerpo siempre avisa del peligro; y el estornudo es su manera de decirnos, que algo que no es bueno (en lenguaje de la M.T.Ch. podría ser un viento-frío, y en lenguaje occidental un virus), está intentando atravesar nuestras defensas. Y como no le solemos hacer caso, incluso suele encadenar una serie importante de estornudos, para avisarnos del peligro. Es en ese momento cuando hay que actuar sobre el punto.

¿Cómo activar sus propiedades?

Mediante una fricción muy fuerte, que ponga la zona del punto “coloradita”. Esto es en M.T.Ch., una técnica de dispersión; mediante la misma, se consigue lograr que el agente agresor... ¡se vaya! Como es bilateral, debe hacerse en ambos brazos.

Trabajo en un centro público de enseñanza en el que casi siempre, no importa la época del año, hay algún chico tosiendo. No voy a entrar en este artículo en las causas que hacen que nuestros jóvenes sean cada vez más propensos a enfermar, pero la realidad es la que acabo de exponer. Cuesta encontrar un día a lo largo del curso escolar, en el que la atmósfera del recinto no esté sobrecargada con los patógenos que algún amable alumno ha tenido a bien traer al aula, para compartir con los demás usuarios de la misma.

Ante tal circunstancia, he optado por enseñar a mis jóvenes alumnos, esta estragia de la M.T.Ch. para potenciar sus defensas; pudiendo constatar frecuentemente como los resultados de la misma iban mucho más lejos de las expectativas que previamente tenía. Es por eso por lo que he decido compartirlo en  el blog de Quintaesencia, donde tanto Hélade como yo intentamos promover una cultura de la salud que esté propiciada por elementos más naturales y afines a la condición humana.

Pruébalo cuando estornudes y verás como es posible lograr un invierno sin catarros mediante esta simple técnica de dispersión.


Manuel Ures, Ldo. en Filosofía.


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Aviso Importante: Toda la información mostrada procede de diferentes fuentes científicas y de la experiencia acumulada en el ejercicio de nuestra profesión, y tiene la finalidad de orientar en lo que puede hacer el estilo de vida y el uso de ciertas terapias naturales por tu salud. En ningún caso pretende reemplazar el consejo o la prescripción de un profesional de la salud. Es tu responsabilidad asesorarte y respetar el criterio de tu médico de cabecera y/o especialista en lo que se refiere al seguimiento de un tratamiento en particular o la adopción de una terapia natural complementaria o alternativa.

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