La enfermedad
carece de importancia; lo importante es el paciente.
Dr. Bach.
Las
condiciones en las cuales nos hallamos son el resultado de lo que hemos
pensado.
Dhammapada,
versículo primero.
Edward Bach nace el 24 de septiembre de 1886 en una
pequeña ciudad de las afueras de Birmingham (Inglaterra), en el seno de una
familia de procedencia galesa, que tenía una empresa dedicada a la fundición de
latón.
Cuando cumple los dieciséis años, comienza a
trabajar con sus padres, colaborando con ello en la economía familiar; trabajo
en el que permanecerá hasta que cumplidos los veinte años puede empezar a
cursar la carrera de Medicina; desde siempre su auténtica vocación.
Realiza sus primeros estudios en la Universidad de
Birmingham, trasladándose más tarde a Londres para completar su formación en el
Hospital del Colegio Universitario, donde en 1912 es nombrado médico oficial
del mismo, cargo al que añade a finales del citado año, el de cirujano del
Hospital Temperance; trabajos que compatibiliza con su consulta privada en
Harley Street, lugar en el que también trabajaban los mejores médicos del
momento.
Entre los descubrimientos de esa época, merece
especial mención el que señalase la gran importancia que tienen las bacterias
intestinales presentes en los enfermos crónicos, cuyo número constató que era
mucho más abundante que en los sanos. Al respecto descubrió una vacuna que
inyectada en el caudal sanguíneo de los enfermos, provocaba resultados
excepcionales. Pese a ello, la inflamación que se producía así como las
reacciones dolorosas de los pacientes, le llevaron a variar la frecuencia de la
dosis y a no dar por finalizada su investigación. Estas vacunas modificaron
muchos tratamientos que se hacían, llegando su influencia hasta la misma Escuela
de Homeopatía.
Cuando cuenta veintisiete años de edad, se casa con
Gwendolina Caiger, en la Iglesia Parish de Hendon en Middlesex. Ese mismo año
incrementa su curriculum con dos licenciaturas: la Medicinae Baccalaureus y la
Licenciatura en Ciencias; a los que añade en 1914 el de Diplomado en Salud
Pública por la Universidad de Cambridge.
Como su salud era bastante delicada, no es reclutado
para la guerra, quedando a cargo de cuatrocientas camas en el Hospital
Universitario, colaborando activamente en la recuperación de los heridos
durante la Primera Guerra Mundial.
Totalmente agotado, tiene una importante hemorragia
en 1917, de la que tuvo que ser operado con urgencia. Estuvo inconsciente
varios días; al punto que los médicos le llegan a vaticinar tan sólo unos tres
meses de vida, diagnosticándole una grave enfermedad que se “removía” dentro de
él. Para no dejar inconclusa su obra, Bach decide volcarse, todo el tiempo que
le queda, en el trabajo. Y de manera increíble, pasados los tres meses, goza de
una excelente salud. Uno de los resultados más llamativos de su investigación,
fue una nueva metodología de tratamiento inmunológico basada en gérmenes
intestinales.
En 1918, durante una epidemia de “influenza”,
inyecta a los soldados una vacuna de su
invención, salvando sin duda miles de vidas, no sólo del ejército inglés, sino
también extranjeros.
Entre los hechos significativos de esta época merece
destacarse también la muerte por difteria de su mujer a los veintiocho años de
edad, aunque un mes más tarde ya nos lo encontramos casado nuevamente con la
joven de veintisiete años, Kitty Emmeline Jane Light.
La época que media entre los años 1919 a 1922 es la
de su inmersión, a partir del Tratado de Hahnemann, en el campo de la
Homeopatía; autor con quien coincide en la importancia de tratar al paciente,
no a la enfermedad. Ingresa en el Hospital Homeopático de Londres, al que
renuncia en 1922 para dedicarse a su laboratorio privado en la misma ciudad.
Por esa época también se divorcia, para pasar a compartir su vida con Nora
Weeks.
En 1925 publica su primer libro “La enfermedad
crónica, una hipótesis en acción”, escrito en colaboración con el Dr. Charles
E. Wheeler, quien fuera su asistente en del Hospital Homeopático de Londres.
En septiembre de 1928 da un rumbo radical a su vida,
trasladándose al país de Gales, para buscar en la Naturaleza, la solución a los
problemas médicos que le inquietaban. Buscaba, sobre todo, la solución a las
enfermedades derivadas de estados emocionales patógenos.
Con su gran sensibilidad, comienza a ver las
propiedades curativas de algunas flores; tarea a la que dedica ochos años; en
concreto, la época que va de 1928 a 1936. Durante ese tiempo descubre los 38
remedios que, en su opinión, abarcan los diferentes estados psíquico-mentales
que dan lugar a las enfermedades de etiología emocional, más importantes. Así
llega a decir que “toda enfermedad, no es mas que la manifestación física de un
malestar, de un trastorno debido a una condición mental que altera el
equilibrio del cuerpo”. Del Dr. Bach se llegó a decir que su enorme
sensibilidad le permitía comprender las propiedades de los remedios al
acercárselos a sus labios.
Sus remedios respondían a las siguientes pautas:
- No eran agresivos
- Su efecto era amable y seguro
- Producían la curación del cuerpo y de la mente
- No causaban dolor
Bach gustaba de inspirarse en las signaturas que
Paracelso había desarrollado en el S.XVI, trabajando con la Ley de Similitudes,
que vendría a relacionar el plano de la forma con el del pensamiento.
Su larga búsqueda fue culminada con éxito en 1935,
cuando completa los 38 remedios, capaces de curar las correspondientes
alteraciones del estado de ánimo; tan sólo uno de ellos no se corresponde con
una flor, sino que es agua de manantial.
Los 38 remedios están divididos en siete grupos:
- Para el temor
- Para la incertidumbre
- Para los que no sienten suficiente interés por sus circunstancias presentes.
- Para la soledad
- Para los excesivamente sensibles a influencias y opiniones
- Para el desaliento o la desesperación
- Para la preocupación excesiva por el bienestar de los demás
Mezclando cinco esencias: Star o Bethlehem,
Impatiens, Rock Rose, Cherry Plum y Clematis, fabricó un
remedio para situaciones de emergencia mental, psíquica y física, al que dio el
nombre de Rescue Remedy (Remedio Rescate).
Cumplida su misión, deja nuestro plano de existencia
el 27 de noviembre de 1936.
Como colofón considero muy importante señalar sus
ideales:
- Encontrar remedios de plantas simples que puedan ser obtenidos libremente, para el bienestar de todos.
- Compartir los descubrimientos con los camaradas, tan pronto los obtuviera.
Manuel Ures.
Ldo. en Filosofía.
Aviso Importante: Toda la información mostrada procede de diferentes fuentes científicas y de la experiencia acumulada en el ejercicio de nuestra profesión, y tiene la finalidad de orientar en lo que puede hacer el estilo de vida y el uso de ciertas terapias naturales por tu salud. En ningún caso pretende reemplazar el consejo o la prescripción de un profesional de la salud. Es tu responsabilidad asesorarte y respetar el criterio de tu médico de cabecera y/o especialista en lo que se refiere al seguimiento de un tratamiento en particular o la adopción de una terapia natural complementaria o alternativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario