Ciencia y Conciencia



Exceso de café en el embarazo = mayor riesgo de bebé pequeño y tardío.

Café sí, pero no mucho. Al menos si estás embarazada. Un estudio reciente (y no es el primero) realizado por investigadores de la Universidad de Sahlgrenska, Suecia; indicó que un exceso de cafeína durante este período podría aumentar las probabilidades de un recién nacido con bajo peso al nacer, así como de un embarazo más prolongado. 

Los bebés pequeños (menos de 2.5 Kg ó 5.5 libras) suelen tener mayor riesgo de desarrollar infecciones en los primeros días de vida, así como de sufrir problemas a largo plazo como retraso en el desarrollo motriz, social o de aprendizaje.  
Otro aspecto importante según este estudio (en el que se evaluaron 60.000 embarazos) es que cada 100 mg de cafeína consumida al día aumentaba la duración de la gestación en cinco horas. Y cuando la cafeína provenía del café, y no de otras fuentes (té, mate, cola, bebidas energéticas, cacao, medicamentos), la duración se extendía en ocho horas adicionales. “Dado este hallazgo, es probable que no se trate solo de la cafeína, sino de algo más en el café que hace que el embarazo se alargue”, añadieron los investigadores. La prolongación excesiva del embarazo puede provocar sufrimiento fetal. 

La Organización Mundial de la Salud recomienda hasta 300 mg de cafeína al día; pero en EE. UU. la cantidad recomendada es de 200 mg, lo cual es el equivalente de dos tazas de café pequeñas. Sin embargo, también deben tenerse en cuenta las provenientes de otras fuentes para considerar el consumo total diario de ésta. Según los autores, los resultados hacen recomendable que las mujeres reduzcan todo lo que puedan la cafeína total que ingieren durante el embarazo, así como que se reconsideren las sugerencias de las diferentes instituciones implicadas. 




FUENTES:
Verena Sengpiel, M.D., Ph.D., department of obstetrics and gynecology, Sahlgrenska Academy, Sahlgrenska University, Goteborg, Sweden; Jennifer Wu, M.D., obstetrician/gynecologist, Lenox Hill Hospital, New York City; Feb. 18, 2013, BMC Medicine, online.




Una mala nutrición puede afectar el sueño. 

La duración inapropiada del sueño está asociada con la ganancia de peso, la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, las psiquíatricas y el déficit del desarrollo físico y mental. Tanto un patrón de sueño muy corto como muy largo, acarrea consecuencias negativas para la salud. Lo deseable para el adulto es dormir entre 7 y 8 horas diarias. 

Lo que uno come puede afectar qué tan bien duerme, según un estudio reciente de investigadores de la Universidad de Pensilvania, publicado en línea como adelanto de su aparición en versión impresa de la revista Appetite

Según éste, las personas que consumen alimentos muy variados (un indicador de una dieta saludable en general) también son las que tienen los patrones de sueño más sanos. Los investigadores hallaron que ciertos nutrientes y hábitos alimentarios podrían desempeñar un rol en la duración del sueño...“Ha habido pocos estudios científicos que han explorado esta conexión (entre lo que comemos y cómo dormimos), sobre todo en una situación del mundo real", comentó en un comunicado de prensa Michael Grandner, director del grupo.  

Los patrones de sueño se correspondieron a:
Sueño muy corto (<5 h):
Menor consumo relativo de proteínas y carbohidratos que el de las personas que tienen un patrón de sueño normal.
Sueño corto (5–6 h):
Personas con captación elevada de energía  y menor variedad de alimentos en la dieta.
Sueño muy largo (>9h):
Menor consumo de teobromina (sustancia presente en el té y el chocolate) y mayor ingesta de alcohol, entre otros.

En el estudio también se encontraron muchas diferencias en el consumo de micronutrientes entre los grupos con diferentes patrones de sueño: como selenio (mineral presente en los frutos secos, mariscos, carne...), vitamina C (frutas cítricas, pimientos,...) y licopeno (presente en el tomate, otros alimentos rojos y naranja); todos requeridos para un sueño normal.

Resumen: 
  1. Comer variedad de alimentos.
  2. No ingerir cantidades excesivas de calorías, ni demasiado pocas en forma de proteínas y carbohidratos totales.
  3. No atiborrarnos de té, chocolate, etc..., pero se puede consumir.
  4. No excedernos en el consumo de alcohol. 
  5. Consumir frutas y vegetales en cantidades razonables. 
Es decir, usar el sentido común.

Fuente:


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Comer porciones más pequeñas de los refrigerios resulta igual de satisfactorio.

Un estudio reciente publicado en la revista  Food, Quality and Preference; reflejó que comer una porción más pequeña de chocolate y otros refrigerios resulta igual de satisfactorio que una porción más grande.

El estudio incluyó a más de cien adultos a quienes se dieron porciones pequeñas o grandes del mismo refrigerio. Los que comieron las porciones grandes consumieron un 77 por ciento más de calorías que los que comieron las porciones pequeñas; sin embargo, ambos grupos reportaron un deseo de comer un refrigerio significativamente más bajo 15 minutos después de comer.

"Esta investigación respalda la idea de que comer por placer (el hambre hedonista) se ve más fomentado por la disponibilidad de los alimentos que por los alimentos que ya se han consumido", señaló el coautor del estudio Brian Wansink, profesor de la universidad, en Ithaca, Nueva York.

"Comer un poco satisface, no magnifica, el hambre y las tendencias de desear refrigerios", añadió.

Los hallazgos podrían ayudar a las personas que intentan perder peso o evitar aumentar de peso.

"Si desea controlar el hambre, el secreto es este: dé un mordisco, y espere. Después de 15 minutos, todo lo que recuerda en su cabeza y en su estómago es que se comió un sabroso refrigerio", señaló Wansink.

FUENTE: Cornell University, news release, Jan. 30, 2013; en MedlinePlus Noticias.

¿Consejos? 
  • Si se tiene ansiedad por la comida es preferible comer varias veces al día, raciones pequeñas y menos calóricas, de forma planificada
  • Masticar bien y pausadamente.
  • Ser conscientes de lo que se está haciendo: no comer frente a la tele, conversando, en la mesa de trabajo entre papeles...




Primeras directrices para el tratamiento de la diabetes tipo 2 en niños.

El aumento del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes, la aparición y el crecimiento acelerado de diabetes tipo 2 en este colectivo y la "falta de capacitación formal" de "pediatras y endocrinólogos pediátricos" al respecto, induce a la Academia Americana de Pediatría a publicar unas directrices para la gestión de esta dolencia en la población infantil afectada. 

Entre las directrices se incluyen:
  • la necesaria recomendación alimentaria a familias de niños con diabetes tipo 2 para el control del peso infantil, según la Academia de Nutrición y Dietética, y
  • animar a los niños con diabetes tipo 2 a que hagan ejercicio durante al menos 60 minutos al día y limiten su "tiempo delante de la pantalla" (videojuegos, televisión) no relacionado con temas académicos a menos de dos horas al día.


 Atracón de alcohol en mujeres adultas y adolescentes.
 

Según un nuevo informe de la publicación Vital Signs, más de 14 millones de mujeres estadounidenses beben en atracón unas 3 veces al mes y consumen un promedio de 6 tragos en cada ocasión. El consumo excesivo de alcohol, incluido el beber en atracón (que se define en el caso de las mujeres como consumir 4 o más tragos en una ocasión), causa la muerte de unas 23,000 mujeres adultas y adolescentes al año, y aumenta las probabilidades de tener cáncer de mama, enfermedades cardiacas, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no planeados y muchos otros problemas de salud.

A pesar de estos riesgos, cerca de 1 de cada 8 mujeres adultas y 1 de cada 5 niñas de escuela secundaria superior (high school) beben en atracón. La mitad de todas las niñas de escuela secundaria superior que toman alcohol reportan beber en atracón.

El consumo excesivo de alcohol puede afectar gravemente la salud de las mujeres adultas y adolescentes.

Los cuerpos de las mujeres adultas y adolescentes responden al alcohol de manera distinta que los de los hombres. Debido a su tamaño y a la manera en que asimilan el alcohol, ellas se embriagan con una menor cantidad. El atracón de alcohol puede llevar a embarazos no planeados, y puede que las mujeres adultas y adolescentes que no están planificando tener un hijo no descubran que están embarazadas hasta que haya pasado cierto tiempo. Si las mujeres beben en atracón cuando están embarazadas corren el riesgo de exponer a sus bebés a altos niveles de alcohol durante la primera etapa de desarrollo lo cual puede llevar a un aborto espontáneo, bajo peso al nacer, síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF).

El consumo de alcohol y el embarazo no son compatibles; no es seguro beber alcohol en ninguna etapa del embarazo.





Según un informe de la Administración de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental de EE. UU., se ha duplicado el número de estadounidenses (en su mayoría adolescentes o adultos jóvenes) que buscan tratamiento en las salas de emergencias de los hospitales tras consumir estas bebidas tan ricas en cafeína. Los síntomas de los pacientes iban desde el insomnio, el nerviosismo, los dolores de cabeza y los latidos cardiacos acelerados hasta las convulsiones.

Los niveles de cafeína en las bebidas varían de unos 80 miligramos (mg) a más de 500 mg por lata o botella, según el informe, mientras que una taza de 5 onzas de café contiene 100 mg de cafeína, y una lata de 12 onzas de refresco contiene unos 50 mg de cafeína, según el informe.

Para curarnos en salud:  
  1. Tener cuidado en su uso ocasional: la cantidad de bebida energética que puede consumir una persona sin perjuicio para su salud depende de la sensibilidad individual que tenga a sus componentes (ej: cafeína).
  2. No ingerirlas habitualmente: con lo que se evitarían los efectos adversos de la ingesta abusiva y reiterada de cafeína y el resto de sus componentes.
  3. No mezclarlas con otras sustancias: ya que algunos expertos coinciden en afirmar que el mayor peligro reside en su mezcla, en especial con el alcohol.
Continuamente se nos está alertando desde las autoridades sanitarias al respecto, aunque la última palabra no esté dicha (casi nunca suele decirse en temas de nutrición y salud), deberíamos tomar conciencia sobre el riesgo potencial. 
¿Otro ejemplo?


Los niños que comen comida rápida tres o más veces por semana son más propensos a sufrir reacciones alérgicas más graves, sugiere un nuevo estudio internacional, el más grande hasta la fecha sobre las alergias en jóvenes de todo el mundo.



  
 Estudios oncológicos suelen ocultar los efectos adversos de la quimioterapia.  
(Reuters Health).


“Quien paga, manda”, reza un viejo dicho.
El apremio por ser el primero en publicar unos resultados, la presión para que éstos “luzcan mejor de lo que son” y la repercusión de aparecer en revistas de alto impacto “aumentando la posibilidad de acceder a cargos, promociones y becas”; hace que algunos artículos científicos y los resultados que presentan “sean maquillados” dándoles una apariencia más amable a productos extremadamente tóxicos y no siempre tan efectivos.

Un análisis del Doctor Ian Tannock, publicado en Annals of Oncology  revela que los médicos que confían en los estudios publicados en las principales revistas científicas para decidir cómo tratar a una mujer con cáncer mamario no estarían recibiendo la información más precisa.
La noticia, difundida por Reuters Health, es para no perdérsela. Dejo enlace:


CIENCIA Y CONCIENCIA.


Aprovecho la siguiente noticia (remitida por un lector habitual) para anunciar la apertura de una nueva sección a la que llamaremos “Ciencia y Conciencia”. Como su título indica, pretendemos divulgar y propiciar el debate de noticias relacionadas con las ciencias, sobre todo las de la salud y el medio ambiente, con la esperanza de mover conciencias.  
Es una entrevista a la pediatra española Marta Pin Muñiz, Marta Pin Muñiz muestra un ejemplar de su libro. / nacho orejasafianzada en Estados Unidos, que ha escrito un libro orientado a combatir la obesidad infantil mediante un cambio de los hábitos alimentarios de las familias.

La situación que refleja está más cerca de nuestras mesas de lo que se podría pensar. Puede que ese estilo de vida y sobre todo esa forma de comer, se haya originado en Estados Unidos, sin embargo, se ha extendido por casi todo el mundo. Hoy en día podríamos llamarlo “el estilo de vida occidental” y es el responsable de la epidemia de las enfermedades crónicas: obesidad, diabetes, enfermedades del corazón y el cerebro, y varios tipos de cáncer. Ésta se da, invariablemente, dondequiera que las dietas y las formas tradicionales de vivir se ven sustituidas por la moderna dieta de alimentos procesados. Nos suena, ¿verdad?

Sin más, les dejo con el artículo, que es muy elocuente.










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