miércoles, 20 de marzo de 2013

Melito: Cómo Prepararlo en Casa.



Melitos de zanahoria, jengibre y cebolla.

El melito es una solución líquida, con la apariencia de un jarabe, pero en el que se sustituye el azúcar por miel como disolvente de los principios activos que queremos extraer de una planta medicinal dada.

Aclaraciones:


  • En la actualidad se le llama melito también a mezclar la miel con aceites esenciales de plantas. En este caso se está empleando ésta como vehículo para consumir el aceite esencial que está indicado por vía oral y que de todos modos habría que disolver para poderlo tomar, pero esto no es melito. El verdadero melito es cuando se deja extraer con miel los principios procedentes de las plantas medicinales. 
  • No se debe confundir los melitos con las mieles monoflorales, son cosas diferentes.
  • La miel es un producto biológico complejo elaborado por las abejas (Apis mellifera). Tiene consistencia viscosa, olor grato y sabor dulce aromático en dependencia de las especies de plantas predominantes en el sitio en el que se obtiene. Además de gran cantidad de azúcares, aporta vitaminas, aminoácidos, enzimas y minerales, entre otros.  Es un producto noble pero se altera y pierde en gran medida sus propiedades nutritivas y curativas si es expuesta por algún tiempo al calor, la luz y la humedad. Aunque los consumidores suelen demandarla líquida, no cristalizada, la verdad es que para que se mantenga así se le practica casi siempre un procedimiento de calentado (que no se debe realizar por encima de aproximadamente 40 grados porque se desnaturalizan sus componentes vivos). La mejor miel es aquella que se ofrece en estado cremoso con procesos que evitan el calentamiento, envasada en vidrio color ambar, topacio, o que no haya estado expuesta a la luz.

Según la Farmacopea Española IX el melito simple oficinal se elabora con miel, agua y caolín, e implica calentar hasta ebullición, filtrar en caliente y evaporar el filtrado hasta que el líquido hirviente tenga una densidad dada. Con el melito simple se preparan diferentes melitos compuestos.

Sin embargo, hoy te propongo un modo casero de preparar un melito de... de lo que tú quieras. Yo los suelo preparar habitualmente de zanahoria, cebolla, ajo,... y “mi melito estrella”: el de jengibre. También se pueden hacer de pétalos de flores, frutas, etc.

¿Cómo procedo? De la manera más sencilla que puedas imaginar.
Lavo bien la parte de la planta medicinal que voy a usar (droga vegetal), seco, pelo si es preciso (en los casos que mencioné, siempre, a excepción de la zanahoria si procede de la agricultura ecológica) y troceo en láminas finas o rallo. Mezclo la droga vegetal así preparada y la miel (aproximadamente a partes iguales peso : volumen) en un recipiente de vidrio con tapa. Para que te orientes, que la miel apenas cubra completamente lo que emplees para preparar el melito. Al rato de estar así, empezarás a observar que aparecer una solución líquida: ese es el melito. Yo invierto el recipiente de vez en cuando porque la tendencia natural es a que la miel se deposite en el fondo, por ser más densa y la solución acuosa ascienda como si de exprimir un suero se tratara (se puede observar en la fotografía). 24 horas suelen bastar para que esté listo. Al cabo de ese tiempo, sentirás que al destapar el recipiente el líquido exudado huele, sabe y hasta en ocasiones adquiere el color de la materia prima utilizada. Puede colarse para reenvasar el líquido (melito). Yo no suelo hacerlo. El sólido utilizado no hay que tirarlo: ajo y cebolla parecerán caramelizados, la zanahoria es riquísima (recuerda al dulce que se hace imitando al de coco), y del jengibre qué quieres que te diga... el jengibre está buenísimo (si te van los gustos intensos el jengibre es para ti).

Como puedes ver, aquí no hierves la preparación con lo cual te vales de los principios medicinales de la planta en cuestión y de las estupendas propiedades de la miel más allá de su exclusivo uso como edulcorante y disolvente, es una ventaja con respecto a los jarabes con azúcar.

Los melitos son excelentes vehículos para preparaciones estomatológicas y bocofaríngeas, pero además son excipientes para múltiples principios activos con diferentes acciones farmacológicas, y algo muy importante, perfectamente aceptados por los niños. 

Melito de Zanahoria:
Usado tradicionalmente en Galicia para catarros, resfriados y males de garganta; ciertamente es inmunoestimulante (aumenta las defensas naturales contra agentes patógenos). Además es antidiarreico, vermífuga (contra cierto tipo de parásitos), tiene acción vitamínica útil para la vista, piel y mucosas, es alcalinizante, estimula el crecimiento y la dentición entre otras acciones. Puede ser usado en niños desde meses de edad.

Melito de Jengibre:
El jengibre es ancestralmente usado en la Medicina Tradicional China, según la cual calienta el “yang” de bazo y riñón, por lo que da energía. El melito conserva y potencia esta característica. Me consta y además es muy útil para calentarnos en invierno. Ayuda a la digestión, estimula la circulación, reduce el “jet lag”, evita las náuseas, es antiemético (reduce los vómitos producidos en ciertas personas por viajar, siendo más activo que fármacos usados para combatirlos). También tiene efectos antiinflamatorios, antipiréticos y analgésicos en casos de artritis, cefaleas y dolores musculares. Alivia los síntomas del resfriado y la gripe. Puedo dar testimonio de muchas de estas acciones, pues lo uso y recomiendo habitualmente.

¿Te animas a probarlos? Eso sí, mantenlos alejados del alcance de los niños o será ver y no ver. ¡Tened cuidado: los melitos siguen siendo muy calóricos! Es para ser tomados a cucharadas, unas tres al día en dependencia de la planta y de para qué la usemos; todo esto si no hay patología asociada o consejo médico que lo contraindique.


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