“Habitualmente no
tenemos percepción de nuestra columna vertebral ni de nuestro cuerpo. Esto es
una carencia, un fallo de nuestra educación”.
Michel Echenique.
En mi artículo anterior sobre la
meditación titulado Meditar,
Por qué y Cómo, me referí a los aspectos iniciales de la misma. Te remito
por tanto a nuestra sección de filosofía, donde lo encontrarás, en aras de
tener una justa comprensión sobre lo que te voy a escribir en éste, por ser su natural
continuación. Tomando pues al mismo como referente primero, hoy quiero hablarte
del trabajo electromagnético.
En el citado artículo ya hacía
alusión a la polaridad de la columna vertebral la cual, como si de un gran imán
se tratase, tiene en su parte superior el polo positivo y en la inferior el
negativo. También ya se aclaraba, que desde un punto de vista electromagnético,
cuando se conectan las dos polaridades se genera un campo, es decir, el
electromagnetismo de nuestro organismo comienza a crecer, a aumentar; y al
hacerlo, se está protegiendo todo el cuerpo.
Esto tendría gran importancia, pues
parece ya suficientemente probado, que la pérdida de la salud en una parte de
nuestro vehículo físico, estaría relacionada con el deterioro del potencial electromagnético del mismo; e
investigaciones hay ya en marcha que intentan ver si trabajando sobre la
energía electromagnética, dolencias tan graves como el mismo cáncer, pudieran
llegar a curarse.
Comienzo por tanto a partir de
estar establecidas las condiciones iniciales de la meditación. Ya está el
cuerpo relajado, la respiración es abdominal y tenemos la lengua en el paladar.
En lo que sigue es muy importante que se mantenga nuestro centro de interés,
nuestra atención, en los siguientes pasos que te describo a continuación.
Primer paso: Circulación
Concentramos nuestra atención en
el paladar, justo en el lugar de contacto de nuestra lengua con el mismo. Como
ya te expliqué en su momento, éste no es un punto cualquiera, ya que une dos de
los meridianos energéticos más importantes de nuestro cuerpo, el Du mai y el
Ren mai. En ésta zona del paladar ámbos finalizan, y el colocar la punta de la
lengua ahí, los conecta; algo así como la llave de la luz de tu cuarto, que se
ilumina cuando la pulsas, porque cierra el circuito eléctrico.
La concentración en el citado punto,
hace que tu atención vaya de manera natural del
punto final de ambos meridianos al punto inicial de los mismos, situado
en la zona del perineo, en la base de la parte sacra de la columna vertebral,
permitiendote tomar conciencia de la misma. Cuándo esto consigas, que al
principio te llevará algún minuto, pero que con la práctica te será
progresivamente más fácil, debes emitir una orden: “zona sacra, relájate”. Es
muy importante que lo hagas con tranquilidad, pero con la absoluta seguridad de
que vas a ser obedecido. La duda sobre la posibilidad de que esto ocurra, es la
manera más segura de que no lo logres.
Segundo paso: Flujo
Cuando hayas logrado lo anterior,
pasa a concentrarte en tu respiración; la cual, si ya has practicado lo que te
recomendaba en mi anterior artículo sobre la meditación, será abdominal,
centrada en ese lugar que está por debajo del ombligo y en la que hay centros
muy poderosos (Ren 4 y Ren 6, por ejemplo) desde el punto de vista energético.
Respira, salvo imposibilidad física, por la nariz; respira suavemente notando
como la espiración es más larga en duración que la inspiración, pues ya se dijo
en su momento, que esto provoca relajación de forma natural. Atiende asimismo a
la duración del flujo, pues el caudal de energía al que accedemos, está
relacionado con ello, aunque no se debe buscar forzándolo. Debe llegar, como es
lógico…. ¡de manera natural!
Cuando lo anterior esté
instaurado, te llevará a la toma de conciencia de la zona lumbar de la columna
vertebral. Y cuando esto se dé, emite, con la misma idea que ya hicimos para la
zona sacra, una orden; en este caso: “zona lumbar, relájate”.
Tercer paso: Pulso
Manteniendo los dos pasos
anteriores, busca ahora el latido de tu corazón, el cual puede encontrarse
manifiesto en cualquier parte de tu cuerpo. Cuando lo encuentres, concentra
allí tu atención. Al cabo de un cierto tiempo, te será fácil el tomar
conciencia de la zona dorsal de tu columna vertebral. Cuando lo logres, repite
el proceso de emitir la orden de relajación; en este caso: “zona dorsal, relájate”.
Cuarto paso: Irradiación
Buscamos ahora el calor. Con tu
conciencia recorre tu cuerpo hasta dar con la parte donde este se manifieste
con más intensidad, y centra allí tu atención. Desde un punto de vista
energético, la séptima vértebra cervical, es la parte más importante de nuestro
organismo, pues es la fuente natural de la que brota. El tomar conciencia del
centro de calor nos llevará de forma natural a hacerlo con la zona cervical de
nuestra columna vertebral. Cuando esto logres, emite la orden de relajación. En
este caso, como es lógico: “zona cervical, relájate”.
Para cerrar el proceso, imagina
un hilo luminoso que atraviese tu columna vertebral, desde el principio de la
zona sacra hasta el final de la columna cervical pasando, como es lógico, por
las zonas lumbar y dorsal. Cuando esto se haya establecido, la columna se
relajará de manera natural y el trabajo electromagnético habrá sido cumplido.
Te dejo con una frase del
capítulo VIII de El Dhammapada: “Si un hombre conquista en la batalla mil veces
mil hombres, y otro se conquista a sí mismo, éste es el más grande entre los
conquistadores”.
Manuel Ures, Ldo. en Filosofía.
Nota: El artículo anterior está
inspirado en uno de los capítulos del libro “Estrategia del Pensamiento”, del
ya desaparecido maestro de Filosofía y Artes Marciales, Michel Echenique,
Maestro, cuyo solo recuerdo, ennoblece mi alma. Libro de obligada lectura para
quien desee profundizar en el trabajo electromagnético al que hacemos
referencia.
Artículos relacionados:
Aviso Importante: Toda la información mostrada procede de diferentes fuentes científicas y de la experiencia acumulada en el ejercicio de nuestra profesión, y tiene la finalidad de orientar en lo que puede hacer el estilo de vida y el uso de ciertas terapias naturales por tu salud. En ningún caso pretende reemplazar el consejo o la prescripción de un profesional de la salud. Es tu responsabilidad asesorarte y respetar el criterio de tu médico de cabecera y/o especialista en lo que se refiere al seguimiento de un tratamiento en particular o la adopción de una terapia natural complementaria o alternativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario