Una alimentación
saludable no puede pasar por alto la higiene en la conservación y manipulación
de los alimentos en el hogar. Para ello es importante que conozcamos y
observemos algunas medidas básicas para evitar las contaminaciones de los
productos a consumir. Entre ellas están:
1. Lavarse bien las
manos antes de manipular alimentos.
Lávese bien las manos
con agua (mejor caliente) y jabón, frotándolas bien e incluso válgase de un
cepillito reservado exclusivamente para limpiar las uñas. Al terminar, séquese
con una toalla limpia que lave con frecuencia o de un solo uso. (Adáptelo a sus
condiciones y sea respetuoso con el medio ambiente, en caso de usar
toalla de papel).
2. Sanear las
superficies donde vaya a manipular alimentos.
Limpie a fondo el sitio
donde vaya a cortar o realizar todo tipo de manipulación de alimentos, sobre
todo será imprescindible emplearse a fondo cuando los vaya a consumir crudos.
Para ello use agua caliente con algún detergente y aclare bien. Una opción
buena es utilizar un poco de vinagre preparado en casa: respetuoso con el medio,
bueno para la salud. En zonas geográficas donde haya mayor riesgo de
contaminaciones por parásitos y el clima conlleve necesidades higiénicas
especiales, tendrá que recurrir a preparados indicados para la limpieza con
fines alimentarios.
3. Limpiar el
frigorífico una vez a la semana.
Ese día deberá desechar
aquellos residuos de alimentos que no haya consumido y evitará posibles
trastornos digestivos debido a contaminación con éstos. Los alimentos serán más
o menos perecederos según la zona geográfica, el uso que se haga de la nevera
(que se abra mucho o poco) y lógicamente el tipo. La comida recalentada deberá
ser desechada como tarde a los 4 días, las carnes crudas (si no están
congeladas) en 2 días y las frutas y verduras cuando tengan síntomas de estar dañadas. Teniendo en cuenta este modo de proceder, evite tener
que tirar comida, sea consecuente con esto a la hora de hacer la compra
semanal, recuerde la situación en la que vivimos y que hay quien la está
pasando realmente mal. Encuentre soluciones para ésto que pueden ir desde donar hasta intercambiar comida que esté en riesgo de caducar si no se consume urgentemente.
Un aspecto importante
en lo que respecta a la conservación es que no se debe perder la cadena de frío de los alimentos, es decir, deberían
ser transportadas en condiciones de refrigeración (bolsas térmicas) del
supermercado a la casa y de ahí directo a la nevera si no se va a cocinar en el
acto. Si se descongela carne o pescado, no debe volverse a congelar, por lo que
será mejor cocerlo y después de dejarlo refrescar, guardar en frío como alimento preparado. (Si para su realidad económica esto es una utopía,
observe el máximo de medidas que pueda, también estará más adaptado a las
condiciones un tanto adversas. Sé bien lo fuerte y creativo que se puede llegar a ser con
el “viento en contra”).
4. Mantener la higiene
de los utensilios de cocina.
Limpie bien los
utensilios y observe especialmente la higiene de las asas, juntas de goma, etc,
para evitar contaminar nuestras manos o algún alimento.
5. Lavar bien los
productos frescos.
Lave con abundante agua
los alimentos que se consumen crudos, evitando que pasen agentes externos al
interior de los mismos. En la verdura puede dejar actuar un rato un chorro de
vinagre con un poco de agua, aunque en climas no muy cálidos y con la higiene
adecuada debería bastar suficiente agua. Después desechar y escurrir bien con
un escurridor de verdura.
6. Separar los productos
al comprar.
Los productos a consumir
crudos no deben estar en contacto directo con los que se vayan a consumir
cocidos, es decir, frutas y verduras con carnes, pescados, mariscos,... Esto
debe hacerse extensivo a la nevera. Las frutas y verduras deben colocarse en el
cajón que suelen traer habilitados los frigoríficos para ello y nunca debe
ponerse una carne o pescado que pueda drenar sobre un alimento fresco.
7. Separar alimentos
frescos de destinados a la cocción al manipularlos en la cocina.
No usar la misma tabla,
plato, etc, para cortar y preparar frescos y alimentos que se vayan a cocer. Si
se emplean los mismos utensilios lavarlos bien entre usos.
8. Cocinar adecuadamente
los alimentos.
Diferentes corrientes
discrepan en cuanto a los tiempos y las temperaturas de cocción de los
alimentos. Personalmente soy partidaria de emplear temperaturas no por encima
de 110 º C, pero si es necesario aumentar el tiempo de cocción para que esté
hecho por dentro y controlar que así sea.
9. Proteger los
alimentos cocidos para que no ocurran contaminaciones cruzadas.
Tome las medidas
necesarias para que los alimentos ya cocidos no se contaminen con frescos sin
la adecuada higiene o con otras fuentes de microbios.
10. Conservar
adecuadamente los alimentos hasta su consumo.
Que no estén expuestos a
temperaturas excesivamente altas los frescos ni a temperaturas muy bajas los
cocidos. Si vamos a tardar en consumirlos se deberán tomar las medidas
necesarias para conservarlos, incluidas la refrigeración e incluso congelación
si es preciso.
Para terminar:
Fuente: Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos.
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Aviso Importante: Toda la información mostrada procede de diferentes fuentes científicas y de la experiencia acumulada en el ejercicio de nuestra profesión, y tiene la finalidad de orientar en lo que puede hacer el estilo de vida y el uso de ciertas terapias naturales por tu salud. En ningún caso pretende reemplazar el consejo o la prescripción de un profesional de la salud. Es tu responsabilidad asesorarte y respetar el criterio de tu médico de cabecera y/o especialista en lo que se refiere al seguimiento de un tratamiento en particular o la adopción de una terapia natural complementaria o alternativa.
Excelente Articulo gracias por la Informacion
ResponderEliminarokis gracias :)
ResponderEliminarokis gracias :)
ResponderEliminarme sirvio para hacer la tarea :v
ResponderEliminarMuchas gracias me fue de gran utilidad
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