“No estás deprimido, estás distraído…”
Facundo Cabral.
La
depresión es el más común de los trastornos del estado de ánimo. Se caracteriza
por: tristeza, anhedonia (incapacidad para sentir placer), inquietud o
enlentecimiento objetivables, fatiga, modificaciones del peso, del sueño,
sentimientos de inutilidad o culpa excesivos, disminución de la capacidad de
concentración, baja autoestima, un gran pesimismo con respecto a los acontecimientos propios, al entorno, al
futuro..., pensamientos recurrentes de muerte... Aunque es frecuente hacerlo,
no debería confundirse con un estado transitorio de tristeza, reacciones de
duelo por pérdidas familiares, trastornos de ajuste y adaptación (por mudanzas,
pérdida del empleo, accidentes,...), etc.
No
es mi intención en este artículo adentrarme en los aspectos psicológicos y
filosóficos de la depresión, aunque sí quiero dejar claro mi criterio al
respecto de la importancia de un estilo de vida adecuado para poder enfrentar
con éxito los problemas que temprano o tarde llegan. Considero vital hacer una
prevención activa contra ésta, la que a mi modesto juicio pasa por colocar
correctamente ciertos aspectos como: quién soy, la vida, la muerte, a dónde me
dirijo, cómo me relaciono conmigo y con los demás, qué aporto, qué depende y
qué no depende de mí, ¿hago todo lo que depende de mí?, cuáles son mis
expectativas, ¿son realistas?, ¿estoy situada correctamente con respecto a
ellas?... Por supuesto, como ya podrá esperar el lector habitual y saben muy
bien los que me conocen, confiero una gran importancia a la alimentación, al ejercicio
físico (el que es “mi inseparable compañero”, el que no me falla en los
momentos en los que la vida parece empeñarse en ir cuesta arriba); y más
recientemente a la práctica del Qi Gong, el control de la respiración, la
Meditación,...
Pero hoy quiero hablar
de unas excelentes aliadas para lograr el equilibrio anímico y tratar la
depresión: las plantas. Y no hay que pensar sólo en este extremo, también en
las variaciones de humor asociadas por ejemplo a los cambios estacionales, que
suelen darse en la población en general, pero a la que solemos ser bastante
sensibles los que viniendo de regiones donde no hay estaciones bien definidas
(ej: las islas paradisíacas del Caribe), nos instalamos en zonas (no menos
paradisíacas), donde los cambios son bruscos. Esto pone a prueba, entre otras
cosas, nuestro estado de ánimo.
Estrategia
general de la Fitoterapia contra la depresión:
1ª. Línea: PLANTAS ANTIDEPRESIVAS.
- Energizantes psíquicas. Acción eutímica (son normalizadoras, no psicoestimulantes por regla general).
- Mejoran el humor en la persona deprimida.
- Dan sensación de bienestar.
- Mejoran el sueño.
- Abren el apetito.
- Provocan ligera sedación o discreta euforia.
Ejemplos:
Avena
(Avena sativa): Como tratamiento de fondo, consumido en copos como
alimento, 2-3 cucharadas diarias. Una buena opción es en el desayuno como parte
de un muesli (ver receta en Productos
Integrales: To Be, Or Not To Be. ).
Hipérico (Hypericum perforatum): Planta
considerada sagrada en la antigüedad. Presenta varios principios activos que la
hacen ansiolítica, antidepresiva y eutímica por una multiplicidad de mecanismos
de acción (es su diferencia con los antidepresivos de síntesis).
Pasionaria (Pasiflora incarnata): Ver ¿Estrés?
Tus aliadas: Las Plantas.
Damiana (Turnera diffusa): Psicoestimulante,
eutímica y afrodisíaca. Es ideal para hacer la transición de los antidepresivos
químicos a la terapia natural, pero ésta debe ser muy suave, la persona
demandará apoyo psicológico y tiene que ser un proceso guiado por un profesional.
2 ª. Línea: PSICOESTIMULANTES.
Una
vez que se ha normalizado el ánimo pueden estar indicadas las
psicoestimulantes, que se agrupan en las que tienen unos principios activos
llamados bases xánticas o xantinas, y las que no los tienen.
Plantas
con xantinas: (cafeína, teobromina, teofilina)
- Estimulan las funciones psíquicas.
- Facilitan el esfuerzo intelectual, la asociación de ideas y la capacidad de concentración.
- Provocan sensación de bienestar.
Todo
lo anterior es muy útil en el tratamiento de la persona con depresión. Estas
plantas deben usarse con cuidado porque provocan excitación y elevan la tensión
arterial (controlar en hipertensos). Puede ocurrir dependencia de las dosis, si
estas son elevadas, así como nerviosismo, insomnio, temblores, palpitaciones y
hasta ataques de pánico en personas muy sensibles o con sobredosis.
Ej:
Café (Coffea arabica), Cacao (Theobroma cacao), Guaraná (Paullinia cupana), Té (Thea
sinensis / Camelia sinensis), Mate (Ilex paraguariensis) y Nuez de cola (Cola
nitida).
Plantas
sin xantinas: ADAPTÓGENAS (ver ¿Estrés?
Tus aliadas: Las Plantas.)
En resumen:
Las plantas pueden ser de gran
ayuda en los trastornos del estado de ánimo. ¿Qué mujer no ha acudido alguna
vez al chocolate durante el período de la menstruación?
Pues el chocolate, además de un tónico general, es también un energizante psíquico,
que estabiliza el humor y produce una gran sensación de bienestar.
Una
vez instalada la depresión habrá que tratar. Las plantas tienen ventajas
evidentes con respecto a los antidepresivos químicos:
- actúan por varios mecanismos al mismo tiempo al tener más de un principio activo,
- tienen acciones farmacológicas más suaves,
- algunos actúan más rápido que los antidepresivos (Ej: hipérico contra inhibidores de la recaptación de serotonina)
- la mayoría no generan adicción ni tolerancia, y
- es menos frecuente la intoxicación con sobredosis.
Pero, ¡OJO: Cuidado con las plantas! Son naturales,
pero también tienen contraindicaciones y efectos adversos. Además, tratar con
plantas, no deja de ser intentar remediar algo que anda mal. Siempre va a ser
preferible prevenir que curar, y para ello hay muchas cosas que puedes hacer,
depende de ti.
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Aviso Importante: Toda la información mostrada procede de diferentes fuentes científicas y de la experiencia acumulada en el ejercicio de nuestra profesión, y tiene la finalidad de orientar en lo que puede hacer el estilo de vida y el uso de ciertas terapias naturales por tu salud. En ningún caso pretende reemplazar el consejo o la prescripción de un profesional de la salud. Es tu responsabilidad asesorarte y respetar el criterio de tu médico de cabecera y/o especialista en lo que se refiere al seguimiento de un tratamiento en particular o la adopción de una terapia natural complementaria o alternativa.
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