viernes, 8 de marzo de 2013

Una mala nutrición puede afectar el sueño.


La duración inapropiada del sueño está asociada con la ganancia de peso, la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, las psiquiátricas y el déficit del desarrollo físico y mental. Tanto un patrón de sueño muy corto como muy largo, acarrea consecuencias negativas para la salud. Lo deseable para el adulto es dormir entre 7 y 8 horas diarias. 
Lo que uno come puede afectar qué tan bien duerme, según un estudio reciente de investigadores de la Universidad de Pensilvania, publicado en línea como adelanto de su aparición en versión impresa de la revista Appetite

Según éste, las personas que consumen alimentos muy variados (un indicador de una dieta saludable en general) también son las que tienen los patrones de sueño más sanos. Los investigadores hallaron que ciertos nutrientes y hábitos alimentarios podrían desempeñar un rol en la duración del sueño...“Ha habido pocos estudios científicos que han explorado esta conexión (entre lo que comemos y cómo dormimos), sobre todo en una situación del mundo real", comentó en un comunicado de prensa Michael Grandner, director del grupo. 
Los patrones de sueño se correspondieron a:
  • Sueño muy corto (<5 h):
Menor consumo relativo de proteínas y carbohidratos que el de las personas que tienen un patrón de sueño normal.
  • Sueño corto (5–6 h):
Personas con captación elevada de energía  y menor variedad de alimentos en la dieta.
  • Sueño muy largo (>9h):
Menor consumo de teobromina (sustancia presente en el té y el chocolate) y mayor ingesta de alcohol, entre otros.

En el estudio también se encontraron muchas diferencias en el consumo de micronutrientes entre los grupos con diferentes patrones de sueño: como selenio (mineral presente en los frutos secos, mariscos, carne...), vitamina C (frutas cítricas, pimientos,...) y licopeno (presente en el tomate, otros alimentos rojos y naranja); todos requeridos para un sueño normal.

Resumen: 
  1. Comer variedad de alimentos.
  2. No ingerir cantidades excesivas de calorías, ni demasiado pocas en forma de proteínas y carbohidratos totales.
  3. No atiborrarnos de té, chocolate, etc..., pero se puede consumir.
  4. No excedernos en el consumo de alcohol. 
  5. Consumir frutas y vegetales en cantidades razonables. 
Es decir, usar el sentido común.
Fuente:


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Aviso Importante: Toda la información mostrada procede de diferentes fuentes científicas y de la experiencia acumulada en el ejercicio de nuestra profesión, y tiene la finalidad de orientar en lo que puede hacer el estilo de vida y el uso de ciertas terapias naturales por tu salud. En ningún caso pretende reemplazar el consejo o la prescripción de un profesional de la salud. Es tu responsabilidad asesorarte y respetar el criterio de tu médico de cabecera y/o especialista en lo que se refiere al seguimiento de un tratamiento en particular o la adopción de una terapia natural complementaria o alternativa.

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