Este artículo lo pude haber escrito yo. Me he sentido
plenamente identificada con él y por eso he decidido compartirlo con vosotros. Me viene como anillo al dedo, pues recoge lo que ha sido mi evolución en los últimos años.
No se puede dejar
de ser lo que se es, por el contrario, parafraseando al genio, hay que intentar
llegar a ser lo que ya se es. No reniego de lo que soy, Bioquímica para los que
no me conocéis, dedicada durante muchos años al maravilloso mundo de la
investigación científica y de la academia; pero la vida ha puesto frente a mí dos no menos apasionantes mundos: el de las terapias alternativas a los canales
“oficiales” de la ciencia del siglo XXI y por si fuera poco, el de la Filosofía Clásica. Y esos encuentros han sido tan
enriquecedores que desdibujan cualquier atisbo de dudas: ya no soy la misma, nunca
somos los mismos. No nos bañamos dos veces en el mismo río, como diría el
filósofo, y sin el ánimo de filosofar os dejo con “De la química a la
homeopatía, pasando por el Kybalión”. Pero antes quiero agradecer a los que han sido, son y serán mis compañeros en el camino. Siéntanse aludidos también vosotros, nuestros amables lectores, pues sóis parte fundamental del mismo.
¡Que lo
disfrutéis!
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longa, vita brevis
Aviso Importante: Toda la información mostrada procede de diferentes fuentes científicas y de la experiencia acumulada en el ejercicio de nuestra profesión, y tiene la finalidad de orientar en lo que puede hacer el estilo de vida y el uso de ciertas terapias naturales por tu salud. En ningún caso pretende reemplazar el consejo o la prescripción de un profesional de la salud. Es tu responsabilidad asesorarte y respetar el criterio de tu médico de cabecera y/o especialista en lo que se refiere al seguimiento de un tratamiento en particular o la adopción de una terapia natural complementaria o alternativa.