El título del artículo hace alusión al lema que estaba presente en el frontispicio de los templos griegos; remarcando con ello la importancia fundamental de la necesidad del conocimiento propio para alcanzar la perfección posible como ser humano.
Es así que todas las civilizaciones con profundidad espiritual y filosófica han hecho hincapié en ello con vistas a desenvolver, en la medida de lo posible, el potencial humano y lograr la felicidad; porque, ¿cómo es posible alcanzarla sin conocernos a nosotros mismos?
No es nuestra intención en este pequeño artículo profundizar con intensidad en tan interesante tema, por lo que dejaremos una pincelada de cómo lo enfocó la civilización que más profundizó, que sepamos, en el misterio del hombre. Nos referimos a la Antigua India.
De sus viejos textos entresacamos una visión septenaria del hombre, el cual estaría, en consecuencia, constituido por los siguientes principios:
- Stula Sharira: la parte física, la que podemos tocar; los griegos se referían a ella como elemento Tierra.
- Prana Sharira: la parte energética; los griegos la llamaban elemento Agua.
- Linga Sharira: el vehículo emocional o psíquico; la parte con la que reímos, lloramos, sentimos ira,… Aire para los griegos.
- Kama Manas: de “Kama” deseo y “Manas”, mente; el vehículo propiamente humano, elemento Fuego para la Cultura Clásica. Es la mente concreta, aquella que necesitamos para los aspectos más materiales de nuestra vida. Se rige por el egoísmo
- Manas: la mente superior, la mente abstracta; capaz de concebir los más nobles ideales.
- Budhi: el Vehículo Luminoso del Espíritu, la intuición, la capacidad de entender las cosas directamente, sin razonamiento previo.
- Atma: la chispa divina que mora en cada uno de nosotros.
De lo anterior es fácil inferir, que una medicina que busque la salud y armonía para el ser humano, debería tener en cuenta todos los planos constitutivos del mismo, ya que cada uno tiene sus propias características y necesidades.
Queremos por lo tanto una medicina preventiva; una medicina que se interese por la alimentación del ser humano a todos los niveles, analizando cuáles son aquellos alimentos -en nuestra cultura- mejores y peores, aquellos que ayudan a nuestra salud y los que la contaminan. Una medicina también, que tenga en cuenta el vehículo energético del ser humano. Para ello buscaremos inspiración en la Medicina Tradicional China, la cual nos ha traído el conocimiento de los ríos de energía que recorren nuestro cuerpo (meridianos), así como las diferentes técnicas (acupuntura, moxa, masaje, Qi-Gong, Tai-Chi,…), para actuar sobre él. Queremos asimismo un conocimiento psicológico y filosófico, que nos lleve a comprender y manejar nuestros vehículos superiores, en el convencimiento de que la mayoría de las enfermedades que padece el ser humano, se generan primero en su plano psíquico-mental. Es nuestra máxima convicción que sin una suficiente explicación del por qué de la Vida y sin una adecuada formación del carácter, nunca será posible una realización plena del ser humano y, en consecuencia, una vida armónica y plena de salud.
Por todo esto y tantas otras razones, conócete a ti mismo, escucha lo que hay en ti, averigua quién eres, de dónde vienes, a dónde vas, descúbrete a ti mismo y a la forma en que te relacionas con tu entorno. ¡Puede que te sorprendas!
Manuel Ures, Ldo. en Filosofía.
Conocerse a sí mismo es una regla de oro,...es la primera
ResponderEliminarTienes razón, es una regla de oro, pero la mayoría de personas no la tienen lo suficientemente interiorizada. En su sentido filosófico, es la meta de la realización del ser humano: Conocerse a sí mismo, y para conservar la salud es fundamental.
EliminarGracias.
Algo un poco de preogrullo pero en lo que siempre he pensado es que gran parte de la solución de un problema es conocer cuál es este. Al conocernos o acercarnos lo más posible a saber quiénes somos, podremos ayudarnos más fácilmente a salir de situaciones que pueden parecernos embarazosas, incómodas, dolorosas....El que está cerca de conocerse, rara vez es incapaz de no poder responder a preguntas tales como: por qué me siento así? qué me hace experimentar esto? etc etc
ResponderEliminarLuego de acercarnos lo más posible a conocernos, vendrá la segunda parte: aceptarnos y cargar con nosotros.
Estoy de acuerdo, pero además es mi más profunda convicción que el camino que lleva al ser humano a su perfección posible es un camino de autoconocimiento.
EliminarAmar a alguien que no te quiere es como abrazar un cactus: cuanto más te aferras, más te duele!! El primer paso para poder querer a los demás y tener una relación sana con otra persona, es quererte a ti mismo, y esto no tiene nada que ver con sentimentalismos ni cursilerías. Querernos es sinónimo de escucharnos, aceptarnos, valorarnos... en definitiva, ser amables con nosotros mismos en cualquier momento y ante cualquier situación. Sólo podemos compartir con los demás aquello que experimentamos interiormente, si no aprendemos a ser felices de forma autónoma e independiente, es imposible que podamos ser cómplices de la felicidad de las personas que nos rodean; de otra manera nos relacionamos desde la escasez, pendientes de que los demás nos den lo que nosotros no hemos sido capaces de darnos y ahí es donde vienen las decepciones. Entremos en la vida de los demás "sobraos" ofreciéndoles lo mejor de nosotros, sin necesitar ni esperar nada a cambio, haciéndolo simplemente porque ello nos hace felices!! Fuera cactus!! Abandonemos esas relaciones tóxicas (sean de pareja, amigos...) que nos hacen tanto daño; ese es un muy buen comienzo para empezar a quererte a ti mism@!! Es una reflexión que hice hace poco y tiene mucho que ver con conocerse y quererse a un@ mism@ (algo que es de vital importancia y muchas veces lo olvidamos) así que la comparto en vuestro blog, espero que os guste!! ;)
ResponderEliminarNadie puede dar lo que no tiene. Me ha encantado tu comentario. Gracias por compartirlo en nuestro blog.
EliminarCOMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente.
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años