El
plomo es un mineral diseminado en el medio ambiente. La gasolina y la pintura
solían contener plomo. El plomo todavía puede encontrarse en: suelos
contaminados, polvo doméstico, agua potable, cerámica esmaltada con plomo y
algunas joyas de juguete, así como en juguetes y coleccionables que se pasan de
generación en generación o que vienen de países donde el plomo no está
prohibido en los productos para niños.
Respirar
aire contaminado, consumir agua, alimentos o tocar residuos con plomo puede
causar problemas de salud. En adultos, el plomo puede aumentar la presión
sanguínea y provocar infertilidad, trastornos nerviosos, así como dolores
musculares y articulares. También puede producir irritabilidad y afectar la
capacidad de concentración y la memoria.
Sin
embargo, el plomo es especialmente peligroso para los niños. Un niño que
consume grandes cantidades de plomo puede desarrollar anemia, fuertes dolores
de estómago, debilidad muscular y lesión cerebral. Incluso, bajos niveles de
plomo se relacionan con coeficientes intelectuales (CI) más bajos.
Un
estudio publicado recientemente sobre niños estadounidenses reveló que aunque
se ha reducido considerablemente en las últimas décadas el nivel de plomo en
sangre, un 2,6 % de los niños de 1 a 5 años todavía tiene demasiado (según
reconocieron las autoridades federales). Se estima que 535,000 niños de ese
rango de edad tenían un nivel de plomo en la sangre de 5 microgramos por
decilitro (mcg/dL) o superior , siendo considerado "un nivel
preocupante" por los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades (CDC) de EEUU, lo que lleva a concluir que “la intoxicación con
plomo sigue siendo epidémica en los niños estadounidenses".
Las
consecuencias de la transmisión de este metal del entorno a los niños pueden
ser desastrosas y se resumen en "daños cerebrales que conllevan una
pérdida de CI, una disminución de la capacidad de atención y problemas de
conducta durante toda la vida como resultado directo de su exposición al
plomo".
La
prevención es prácticamente la única medida posible para hacer frente a la
epidemia de intoxicación con plomo, a decir de los especialistas responsables
del estudio, pues los daños cerebrales son permanentes y no se pueden tratar.
El hecho de jugar con un juguete que contenga plomo no intoxicará al niño, sin
embargo, los niños pequeños llevan cosas a la boca y aún no tienen el hábito de
lavar sus manos frecuentemente.
El
mayor riesgo en los juguetes no está en el plomo visible, pues ha sido
prohibido en muchos países, está más bien en el encubierto en las pinturas y en
el plástico. En este último se usa para suavizar y estabilizar, pero cuando el
juguete se expone a la luz solar, el aire o detergentes puede soltar polvo de
plomo.
¿Cómo
evitar la contaminación con plomo?
- Mantener la casa limpia
- Asegurarse de que en los hogares no haya pintura con plomo.
- Mantener a los niños alejados de los sitios con pintura que se está despegando.
- Animar a los niños a que se laven las manos frecuentemente.
- Controlar la procedencia y características de los juguetes, desechando los que se sospeche que lo contienen.
- Proporcionarles una dieta sana y equilibrada, que incluya alimentos ricos en hierro y calcio, los que ayudarán a absorber menos plomo en caso de que sean expuestos a éste.
FUENTES:
Philip Landrigan,
Children's Environmental Health Center, Mount Sinai Medical Center, New York
City; Roya Samuels, Cohen Children's Medical Center, New Hyde Park, N.Y.; April
5, 2013, U.S. Centers for Disease Control and Prevention's Morbidity and
Mortality Weekly Report.
Os dejo un enlace a un artículo relacionado de los CDC de
EEUU por si queréis profundizar en tan importante tema.
Aviso Importante: Toda la información mostrada procede de diferentes fuentes científicas y de la experiencia acumulada en el ejercicio de nuestra profesión, y tiene la finalidad de orientar en lo que puede hacer el estilo de vida y el uso de ciertas terapias naturales por tu salud. En ningún caso pretende reemplazar el consejo o la prescripción de un profesional de la salud. Es tu responsabilidad asesorarte y respetar el criterio de tu médico de cabecera y/o especialista en lo que se refiere al seguimiento de un tratamiento en particular o la adopción de una terapia natural complementaria o alternativa.
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