Un
accidente cerebrovascular (ACV) o ataque cerebral es una urgencia médica y las
posibilidades de salvar la vida, así como de reducir al mínimo las secuelas,
dependerán de la rapidez y el acierto con los que se actúe.
Consiste
en la interrupción del flujo sanguíneo cerebral, lo que conlleva al rápido
inicio de muerte neuronal que se hará progresivo. Las neuronas son altamente
sensibles a la falta de oxígeno porque todo su metabolismo se basa en la
oxidación completa (en presencia de éste) de sus combustibles metabólicos,
principalmente glucosa.
Existen
dos tipos de ACV: el isquémico y el hemorrágico. Hablamos de isquemia
cerebral cuando un coágulo sanguíneo tapona a nivel de los vasos cerebrales
e impide el paso de la sangre; en tanto que estamos frente a una hemorragia
celebral cuando un vaso sanguíneo se rompe y empieza a sangrar hacia el
interior del cerebro. Cualquiera de las dos condiciones es grave.
Adicionalmente, encontramos procesos isquémicos transitorios (más frecuentes en
el anciano), que son las interrupciones breves del flujo sanguíneo cerebral.
Síntomas
habituales en un accidente cerebral:
- Dolor de cabeza súbito y severo sin causa conocida
- Entumecimiento o debilidad repentinos en el rostro, brazos o piernas (especialmente de un lado del cuerpo).
(Asistí
hace más de 15 años a una vecina que intentaba tomar una sopa y al llevar la
cuchara a la boca, lentamente, no atinaba a hacerlo de forma adecuada. El
líquido se le derramaba siempre hacia el mismo lado, pero además, lo intentaba
una y otra vez sin ser del todo consciente de que el problema no era la sopa...
La nieta me pidió ayuda y la ayudamos. Urgentemente llamamos a una ambulancia
que la llevó al Centro Iberoamericano de la Tercera Edad, de La Habana, donde
ya la estaban esperando. Medidas especializadas urgentes y posterior
rehabilitación fueron la clave... Aún toma sopa).
- Confusión súbita, dificultad para hablar o entender
- Problemas repentinos para ver con uno o ambos ojos
- Dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación de los movimientos
No
es mi intención introducirme en un campo que es propio de médicos, sin embargo,
sí hay algo que siguiendo el objetivo del blog, quisiera hacer: divulgar
aquellos factores de riesgo de sufrir un
ACV y promover el conocimiento de aquellas medidas que debemos observar para evitar este
lamentable episodio tan lesivo.
Factores de Riesgo:
Un
factor de riesgo es un evento que de tenerlo se incrementan las posibilidades
de padecer la enfermedad (en este caso, el ACV). De aquí se derivan tres
aspectos importantes:
- Tener un factor de riesgo no quiere decir que vaya a sufrir un ACV.
- No tener un factor de riesgo no quiere decir que no lo vaya a sufrir.
- A medida que aumenta el número de factores de riesgo y la severidad de los mismos, aumenta la posibilidad de un ACV.
Factores
que no podemos modificar: edad,
sexo, raza y genética (antecedentes familiares).
Factores
de riesgo sobre los que sí podemos actuar de manera preventiva:
- Hipertensión arterial: Es el factor de riesgo más poderoso de ACV (aumenta de 2 – 4 veces el riesgo de tener ataque cerebral).
- Hábito de fumar: ¡muy peligroso!. Se vincula con la acumulación de grasas (aterosclerosis) en la arteria principal del cuello que abastece de sangre al cerebro. La nicotina aumenta la tensión arterial; el monóxido de carbono del cigarrillo reduce la cantidad de oxígeno que se transporta al cerebro y el humo del cigarrillo espesa la sangre y la hace más propensa a la coagulación. Todo esto redunda en mayor riesgo de sufrir un ACV, por lo que es muy recomendable eliminar este nocivo hábito.
- Enfermedad cardiaca: aumentan el riesgo de sufrir un ataque cerebral porque provocan la aparición de coágulos que pueden desprenderse y bloquear vasos sanguíneos dentro del cerebro o que van hacia él. Está muy en relación con la aterosclerosis y la HTA que hacen que todavía el riesgo sea mayor.
- ACV previo: haber tenido ataque cerebral previo indica un mayor riesgo de tener otro. Si se ha tenido ya uno es importante que se reduzcan los factores de riesgo de tener un segundo ACV. El cerebro ayuda a recuperarse de un ataque cerebral “pidiéndole” a las regiones cerebrales no afectadas que cumplan tarea doble. Esto significa que un segundo ataque cerebral puede ser el doble de malo.
- Diabetes: La diabetes no solo implica niveles altos de azúcar (glucosa) en sangre, sino que también provoca alteraciones de los vasos sanguíneos y por consiguiente de la circulación a nivel general, siendo ésta la base de muchas de las complicaciones de la enfermedad, entre ellas el daño cerebrovascular.
- Colesterol alto en sangre (hipercolesterolemia): tanto colesterol total como colesterol – LDL (llamado colesterol “malo”). El colesterol es una grasa muy importante del organismo; no obstante, en exceso, el colesterol total y el colesterol – LDL se asocian con la aparición de la aterosclerosis, que aumenta el peligro de que se sufra un ataque cerebral.
- Sobrepeso y obesidad: Está muy en relación con la HTA, la diabetes, la enfermedad cardiaca,... Estar en el peso adecuado nos disminuye el riesgo de padecer aquellas enfermedades asociadas al estilo de vida occidental y, en caso de padecer alguna, reduce sus complicaciones.
- Sedentarismo: La falta de ejercicio físico empeora nuestra calidad de vida al propiciar el sobrepeso y la obesidad, así como cualquier cuadro clínico (HTA, diabetes, hipercolesterolemia,...).
Medidas
a tomar:
1. Controlar la tensión
arterial. Para ello es imprescindible un cambio en el estilo de vida, en el que
la dieta (baja en sodio y rica en potasio) es fundamental. Te recomiendo
revisar el artículo Hipertensión
arterial: lo que el cambio en el esti...
2. Reducir o
directamente abandonar el nocivo hábito de fumar y el alcoholismo. Hay múltiples terapias que
pueden ayudar en este sentido, pero se requiere fuerza de voluntad para ello,
nada hará milagros si no quieres dejarlos.
3. Tener controlados los
niveles de azúcar en sangre. El número de casos de diabetes tipo II en el mundo
está creciendo vertiginosamente, incluso en niños, cosa que hace unos años era
impensable. Pues bien, esta diabetes está subdiagnosticada. ¿Qué quiere decir
esto? Que hay personas que son diabéticas y no lo saben, por tanto no están controladas
en sus niveles de glucosa sanguínea con todos los riesgos que esto implica.
4. Ejercicio físico
diario. Ser constantes. Una vez más (de 30 minutos a 1 hora), control del peso,
evitar obesidad. Si se es obeso, incluso gran obeso no todo está perdido y
algún tipo de ejercicio en coordinación con el especialista que atiende el caso
deberá realizarse.
5. Reducir el estrés y
la ansiedad. Intentar en todo momento mantener una coherencia entre lo que
somos, lo que queremos y lo que hacemos.
No
me extiendo más, confío en que hallarás el camino. Hay mucho que se puede hacer
para evitar el riesgo de ACV, tampoco es tan difícil, en definitiva si te fijas
estos consejos son válidos para cualquier dolencia de las “propias del estilo
de vida occidental”. Créeme que vale la pena, te ahorrarás ese y otros "dolores de cabeza".
Fuente:
Cómo
Prevenir un Accidente Cerebrovascular. Instituto Nacional de Trastornos
Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares. EEUU.
Ataque
cerebral. Temas de Salud. MedlinePlus.
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Aviso Importante: Toda la información mostrada procede de diferentes fuentes científicas y de la experiencia acumulada en el ejercicio de nuestra profesión, y tiene la finalidad de orientar en lo que puede hacer el estilo de vida y el uso de ciertas terapias naturales por tu salud. En ningún caso pretende reemplazar el consejo o la prescripción de un profesional de la salud. Es tu responsabilidad asesorarte y respetar el criterio de tu médico de cabecera y/o especialista en lo que se refiere al seguimiento de un tratamiento en particular o la adopción de una terapia natural complementaria o alternativa.
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