sábado, 16 de febrero de 2013

Teléfonos móviles y riesgo de cáncer: ¡mala onda!

La Unión Internacional de Telecomunicaciones calcula que 5 mil millones de personas en el mundo están suscritas a servicios de telefonía móvil (celular).  

Este dispositivo ha irrumpido en nuestras vidas y ya apenas nos concebimos sin él. Tal parece que de un tiempo para acá nuestros cuerpos se dividieran en cabeza, tronco, extremidades y teléfono móvil (para ser conservadores, pues cada vez confiamos más a éste funciones que antes desempeñaba la cabeza).

Desde hace algunos años venimos asistiendo a un incremento de la inquietud social y de la comunidad científica con respecto al impacto de los móviles en la salud humana, sobre todo en relación con el cáncer. 

Bases sobre las que se sustenta esta preocupación:
  • Los móviles emiten energía de radiofrecuencia, una forma de radiación no ionizante que puede ser absorbida por los tejidos cercanos a donde se coloca el teléfono. 
  • El número de usuarios de esta telefonía ha aumentado rápidamente. En 10 años se ha triplicado. 
  • Con el tiempo, cada vez se abusa más de los móviles: incremento del número de llamadas, duración de las mismas y tiempo diario de uso.
Por estas razones se han realizado múltiples estudios a nivel mundial, y están en marcha otros, para intentar esclarecer la posible relación entre la exposición a la radiación emitida por los teléfonos móviles y el desarrollo de cáncer. En este sentido, hay dos aspectos a destacar:
  • La cantidad de energía a la que se expone el usuario depende de la tecnología del teléfono, de la distancia a la que se encuentre la antena, del grado y tipo de uso que se haga del dispositivo, así como de la distancia entre el usuario y las torres de señal.
  • Hasta ahora, los estudios no han revelado una relación firme entre el uso de los teléfonos celulares y los cánceres de cerebro, de nervios o de otros tejidos de la cabeza o del cuello. 
Es necesario llevar a cabo más estudios debido a que la tecnología de telefonía celular y el modo en que las personas usan los teléfonos han estado cambiando con rapidez. Además, todos los estudios tienen el inconveniente de que son a corto plazo con lo cual se necesita más tiempo para conocer el impacto real de estos dispositivos en el desarrollo de cáncer, que es una enfermedad de largo recorrido. 
No obstante, a pesar de la falta de consistencia entre los resultados de los estudios y los sesgos en los experimentos, diferentes asociaciones internacionales se han pronunciado al respecto. Una de ellas, la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer (IARC), componente de la Organización Mundial de la Salud, ha clasificado recientemente los campos de radiofrecuencia y los teléfonos móviles como “posibles carcinógenos para los seres humanos”. 
Para curarnos en salud y evitar esta mala onda podemos adoptar una serie de medidas que nos permitan no exponernos de forma excesiva al móvil y sus posibles riesgos. Estas son:

  1. No permita que los niños menores de 12 años hablen o porten teléfonos móviles salvo en casos de emergencia.
  2. Realice las conversaciones telefónicas prolongadas por un teléfono convencional (de línea terrestre) y reserve las llamadas por el móvil para cuando no tenga otra opción.
  3. Emplee el teléfono móvil solo para establecer contacto o para llamadas breves.
  4. Cuando sea posible solo comuníquese mediante mensajes de texto.
  5. Cuando use el móvil intente mantener el dispositivo alejado del cuerpo. Emplee las opciones de manos libres, auriculares de Bluetooth inalámbricos...
  6. Procure no llevar siempre el teléfono móvil encima, ni a la hora de dormir en la mesilla de noche o debajo de la almohada. Cuando lo tenga que llevar, ponga la parte contraria al teclado (donde va la antena) más alejada del cuerpo.
  7. Aléjese cuando sea posible de quien esté hablando por el móvil.
  8. Evite usar el móvil cuando no haya buena cobertura o en desplazamientos a gran velocidad (como en un tren) pues el dispositivo intentará conectar una y otra vez con el próximo repetidor.
  9. Cuando hable por el móvil, no se acerque el teléfono a la oreja hasta que no conteste la persona a la que se ha llamado y alterne entre las dos orejas con frecuencia.
  10. Opte por un teléfono con el menor SAR posible (siglas en inglés de la tasa de absorción específica, medida de la fuerza del campo magnético absorbido por el cuerpo). Se puede consultar la de diferentes fabricantes en páginas web.
Fuentes: 
Instituto Nacional del Cáncer (NIH, EEUU). Teléfonos celulares y el riesgo de cáncer

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Aviso Importante: Toda la información mostrada procede de diferentes fuentes científicas y de la experiencia acumulada en el ejercicio de nuestra profesión, y tiene la finalidad de orientar en lo que puede hacer el estilo de vida y el uso de ciertas terapias naturales por tu salud. En ningún caso pretende reemplazar el consejo o la prescripción de un profesional de la salud. Es tu responsabilidad asesorarte y respetar el criterio de tu médico de cabecera y/o especialista en lo que se refiere al seguimiento de un tratamiento en particular o la adopción de una terapia natural complementaria o alternativa.

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