En Estados Unidos, Canadá y otros países, el jarabe de
maíz rico en fructosa está presente en casi todos los alimentos y bebidas: los
refrescos, los jugos envasados, los panes de grano entero, los cereales del
desayuno, la salsa de tomate, el yogur edulcorado, los dulces en
conserva, las compotas, el aderezo para ensaladas, los helados, el jarabe para
la tos, etc.
Según
un estudio publicado recientemente en la revista Global Public Health,
las tasas de diabetes tipo 2 son el 20 % más altas en los países que consumen
mucho jarabe de maíz alto en fructosa en comparación con aquellos países donde
no se usa tanto.
A
pesar de que no se pudo demostrar una relación causal, la asociación entre el
consumo de jarabe de maíz alto en fructosa y el riesgo de diabetes se mantuvo
sin importar cuál fuera el consumo total de azúcar de los individuos o si eran
obesos o no. Según los autores del estudio, eso sugiere que el edulcorante
cuenta con algo que favorece el riesgo de diabetes más que cualquier otro
azúcar. "De manera que hay otro factor o quizá varios factores
interrelacionados, más allá de la obesidad, que contribuyen a la
diabetes", afirmó el autor principal del estudio, Michael Goran, profesor
de medicina preventiva y director del Centro de Investigación sobre la Obesidad
Infantil de la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles. "El
jarabe de maíz alto en fructosa y la manera en que se metaboliza puede ser uno
de ellos", añadió.
Por
otra parte, una investigación realizada por el Centro de Ciencias de la Salud
de la Universidad de Colorado, demostró que consumir en exceso jarabe
de maíz rico en fructosa aumenta el riesgo de hipertensión arterial
que puede provocar todo tipo de problemas de salud aumentando el riesgo de
infarto, cardiopatías, derrame cerebral, etc.
Hay
que hacer hincapié en que la fructosa está presente en muchos otros alimentos
además del jarabe de maíz alto en fructosa. El azúcar ordinario (sacarosa)
contiene glucosa y fructosa a partes iguales; por otra parte, la fructosa es el
azúcar por excelencia en la mayoría de las frutas. Ahora
bien, ¿qué hace peor al jarabe de maíz rico en fructosa que el azúcar o, por
ejemplo, tomar frutas?
La
fructosa sigue un proceso digestivo distinto que la glucosa y se metaboliza en
el hígado independientemente de la insulina. A partir de ahí, puede convertirse
en grasa fácilmente. El exceso de fructosa en el jarabe de maíz rico en
fructosa termina convertido en adiposidad abdominal y en otras localizaciones, predisponiendo a
los males que ésto acarrea.
Un
bioquímico podría decir que el almidón de maíz terminará convirtiéndose en
glucosa en nuestro organismo y la fruta liberando fructosa (y es cierto), pero
esas interpretaciones pasan por alto el complejo proceso por el que eso sucede.
“Nuestro organismo tiene una antigua y sostenible relación”, por ejemplo, “con
el maíz que no tiene con el jarabe de maíz rico en fructosa”. La complejidad de
los hidratos de carbono en las fuentes naturales enteras hace que la liberación
de los azúcares simples (glucosa y fructosa, en este caso) sea más lenta.
Según
Goran, “cuanto menos fructosa se consuma, mejor”, aunque va a depender de la
fuente. En otras palabras, "se trata del bueno, el malo y el feo: de modo
que una manzana (que contiene unos 10 gramos de fructosa) sería el
bueno; la fructosa presente en el azúcar de mesa, el malo, y la
fructosa del jarabe de maíz alto en fructosa, el feo".
De
cualquier modo, el exceso de otros edulcorantes también debería ser evitado.
Unos
buenos consejos:
- Vigilar el consumo de las calorías totales que se consumen al día según nuestra actividad física.
- Reducir el consumo de todos los azúcares añadidos (no sólo el jarabe de maíz rico en fructosa).
- Eliminar el nocivo hábito de endulzarlo todo (incluso con miel, néctar de ágave, etc..., que sean naturales no los hace inocuos si se abusa). Según los especialistas, “esto alimenta las ansias de tomar dulces, un gusto adquirido que hemos aprendido a buscar. Es como una droga. Así que debemos ser realistas y aprender a dejar de hacerlo". (¡Ojo con los niños!, es muy temprano que se empieza a introducir en nuestras vidas este hábito, en ocasiones alentado por los padres que ponen mermeladas y otros dulces en los alimentos para incitar a que se coman).
Recuerda: Nada en exceso.
Fuentes:
Michael Goran, Ph.D., professor, preventive medicine, director,
Childhood Obesity Research Center, and co-director, Diabetes and
Obesity Research Institute, Keck School of Medicine, University of
Southern California, Los Angeles; Lona Sandon, R.D., assistant professor
of clinical nutrition, University of Texas Southwestern Medical Center
at Dallas; Corn Refiners Association, press release, Nov. 27, 2012; Nov.
27, 2012, Global Public Health, online
Medline Plus. Las tasas de diabetes son más altas en los países que consumen mucho jarabe de maíz alto en fructosa
Medline Plus. Las tasas de diabetes son más altas en los países que consumen mucho jarabe de maíz alto en fructosa
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