La imagen, remitida por una seguidora y amiga, me ha alentado a escribir
el presente artículo.
Es
plenamente aceptado que existe una estrecha relación entre una adecuada nutrición
y la prevención de diferentes enfermedades.
Consumir abundantes frutas y vegetales es vital
para mantenernos sanos y activos; pero tan importante como esto es la variedad
en el color de los mismos, lo que representa una de las claves de una buena
nutrición. Al diversificar la tonalidad de la ración diaria de estos alimentos
garantizamos agenciarnos la mayor pluralidad posible de los componentes
esenciales que contienen.
Según
su color, más en detalle que lo que aparece en la imagen, podemos clasificarlos
en siete grupos diferentes. Todos son ricos en
antioxidantes, agentes que combaten los radicales libres, sustancias muy
tóxicas producidas en el proceso de la respiración. Entre otras funciones, los
antioxidantes hacen más lento el proceso de envejecimiento celular y ayudan a
aumentar la capacidad inmunológica del organismo.
Grupos:
Rojos-morados:
Contienen antiocianinas que reducen el riesgo de sufrir afecciones cardíacas y
accidentes cerebrovasculares al inhibir la formación de coágulos.
Presentes
en: berenjena, ciruela, lombarda (col morada), manzana roja, pimiento rojo,
etc.
Rojos:
Aportan licopeno, pigmento vegetal de la familia de los carotenos que le da el
color a ciertas frutas y verduras. Es un antioxidante que se asocia con la
prevención del cáncer, entre ellos al parecer, el de próstata y el de cuello
uterino.
Presentes
en: tomate rojo, sandía (melón en algunos sitios de Latinoamérica como Cuba),
guayaba rosa, pomelo rojo (toronja rosa en algunos sitios), y otros.
Anaranjados:
Contienen betacaroteno, beneficioso para los ojos y la piel y reduce el riesgo
de padecer varios tipos de cáncer.
Presentes
en: zanahoria, calabaza, batata (boniato), mango, melón (melón de Castilla, o
melón naranja).
Amarillos-anaranjados:
Estos alimentos son ricos en betacriptoxantina, un fuerte antioxidante que
previene daños celulares.
Presentes
en: naranja, papaya (frutabomba), piña, mandarina, pomelo amarillo (toronja
amarilla), entre otros.
Amarillos-verdes:
Son muy beneficiosos para la vista pues aportan zeaxantina y luteína, que
previenen la degeneración macular y las cataratas.
Presentes en: aguacate, guisantes (chícharos), coliflor, espinaca, lechuga de hojas verde oscuro, maíz tierno, pepino con su cáscara, pimientos verdes o amarillos, etc.
Presentes en: aguacate, guisantes (chícharos), coliflor, espinaca, lechuga de hojas verde oscuro, maíz tierno, pepino con su cáscara, pimientos verdes o amarillos, etc.
Verdes:
Contienen isotiocianatos, entre ellos sulforafano e indoles. Estimulan la
función de enzimas hepáticas anticancerosas. Se han asociado con la prevención
de diferentes tipos de cáncer.
Presentes
en crucíferas: brócoli o brécol, repollo, col, coliflor, etc.
Blancos-verdes:
Son ricos en flavonoides, alicina y otras sustancias que previenen los daños
celulares y diversas enfermedades, entre ellas, la formación de tumores.
Presentes
en: ajo, cebolla, puerro, apio, cebollino, espárragos, ajo porro, etc.
Es fácil deducir que mientras
mayor sea el espectro de colores en nuestras ensaladas y raciones diarias,
incorporaremos una mayor variedad de fitonutrientes. Ahora bien, para
aprovechar tan ricos compuestos debemos velar por la calidad de las frutas y
vegetales que consumimos, su cantidad y forma de preparación:
- De preferencia deberían proceder de la agricultura ecológica, es decir, libre de pesticidas, herbicidas, fertilizantes, etc.
- Por norma general, es preferible consumir productos de estación y de nuestra zona geográfica, con lo cual se garantiza que tengan todos los nutrientes óptimos y no pierdan por concepto de largo transporte, almacenamiento, etc. (¿Que nos apetece una fruta exótica o de fuera de temporada? – podemos consumirla).
- En cuanto a la cantidad, se plantea que por lo menos se consuman 5 raciones de frutas y verduras al día; pero tampoco es una cifra rígida.
- ¿Cómo consumirlos? Lo deseable es que en su mayoría se coman crudos. Las frutas se pueden preparar en zumos (sin añadir azúcar), macedonias y batidos. En el caso de los vegetales, mejor en buenas ensaladas policromáticas; prueba a añadirles un puñadito de frutos secos, o en otra ocasión manzana troceada. ¡Quedan buenísimas! Si se van a cocer, mejor al vapor, a la plancha (sin chamuscarse) y poco hechos.
Hagamos de nuestros platos un arcoiris vegetal como garantía de una nutrición equilibrada en
fitoquímicos y tendremos además una deliciosa manera de cuidarnos.
Ensalada de pimientos rojos sobre lecho de alubias. |
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