"La auténtica locura es seguir haciendo lo mismo y esperar
resultados diferentes"
Albert Einstein.
Si tendemos a la ansiedad, debemos
eliminar los ansiógenos (alimentos y sustancias que pueden desencadenarla) y
consumir los que resultan “calmantes”.
Sustancias
ansiógenas:
CAFEÍNA: Estimulante del sistema
nervioso central, relacionado con los circuitos neuronales implicados en la
vigilancia y la alerta. Causa adicción, con síntoma de abstinencia (para
eliminarla de la dieta debe hacerse gradualmente).
Presente en el café, té, mate,
guaraná, bebidas con cola, bebidas energéticas, chocolate y ciertos
medicamentos de venta sin receta (como: analgésicos, pastillas para adelgazar y
medicamentos contra el resfriado).
NICOTINA: Fuerte estimulante que
produce vasoconstricción, aumenta la alerta, acelera el corazón... Los
fumadores tienden a estar más ansiosos y a dormir menos que los no fumadores.
Altamente adictiva y provoca síndrome de abstinencia.
ALCOHOL: Depresivo del sistema
nervioso central, relaja y alivia temporalmente los síntomas de ansiedad; sin
embargo, su consumo a mediano y largo plazo crea adicción, empeora la ansiedad,
interfiere en la medicación y puede producir TOC (trastorno
obsesivo-compulsivo). Además, origina síndrome de abstinencia, incrementando la
ansiedad. Otro efecto del alcohol es que baja el azúcar en sangre
(hipoglicemiante): mientras el hígado está metabolizando el alcohol, es menos
eficiente en producir y liberar glucosa. En pacientes alcohólicos el
hígado suele estar dañado y durante las resacas se produce un estado
generalizado de ansiedad.
OTROS ESTIMULANTES, Y DROGAS
ILEGALES: Desencadenan crisis de pánico, al ir favoreciendo una sensibilización
de los circuitos cerebrales que tienen que ver con la alarma y resultan en
mayor o menor medida muy estimulantes, ansiógenas y adictivas.
ALIMENTOS PROCESADOS: Los procesos
de molido, refinamiento, elaboración y cocción excesiva eliminan las vitaminas,
minerales, fibras y almidón de los alimentos, manteniendo las calorías. Los
alimentos procesados, carbohidratos simples...(pan blanco, arroz blanco,
bollería industrial, cereales azucarados, frutas en almíbar, etc), han sido
asociadas con la ansiedad.
HÁBITOS
ALIMENTARIOS ANSIÓGENOS:
La manera de
comer, también influye en la aparición de ansiedad.
Debería evitarse:
- Comer mientras se trabaja, comer de pie o mirando la televisión. (La mesa de trabajo no es una mesa para comer).
- Comer muy rápido, casi sin masticar. (Masticar cada bocado 10 veces o más, en dependencia del alimento, permitirá una mejor digestión y facilitará la asimilación de los nutrientes).
- Comer demasiado, hasta sentirse repleto.
- Beber muchos líquidos durante las comidas. (Una copa de agua u otro líquido por comida es suficiente).
DIETA
ANTI-ANSIEDAD
La falta de
ciertos nutrientes en la alimentación, está relacionada con la aparición de
ansiedad. Entre ellos están:
Vitaminas del complejo B:
Vitaminas B1 (tiamina) y B6 (piridoxina): Mejoran la actitud mental y mantienen el buen
funcionamiento del sistema nervioso.
Presentes en: (levadura
de cerveza, germen y salvado de trigo, leche, carne, huevos, melaza y la mayor
parte de las frutas y los vegetales: lechuga, crucíferas, manzana...).
Vitamina B12 (cobalamina): Aumenta la energía, alivia la irritabilidad y mejora la concentración y la memoria.
Presente en vísceras, almejas y ostras, algunos pescados y mariscos, en la
yema del huevo y en cantidades discretas en la carne y quesos fermentados. Existe un suplemento para vegetarianos.
INOSITOL:
Aunque algunos
autores lo incluyen dentro del complejo vitamínico B, no es esencial, el
organismo lo produce normalmente. Ha sido estudiado con éxito para tratar el trastorno
bipolar, los ataques de pánico, la bulimia y anorexia nerviosas y el TOC.
Presente en: vegetales crudos,
cítricos, granos enteros, legumbres, frutos secos, levadura de cerveza, melaza,
....
CALCIO:
Para
el equilibrio anímico es imprescindible que la dieta contenga al menos la dosis
mínima recomendada de calcio (varía según la edad, pero se mueve alrededor de
900 mg). Su carencia, provoca sensación de fatiga y mayor excitabilidad
nerviosa.
Presente en
diferentes vegetales (espinacas, col, cebolla, cardo, acelga, grelos, brócoli),
legumbres (judías, garbanzos, lentejas), semillas, lácteos (mejor leche de
avena), etc...
MAGNESIO:
Muy indicado contra la depresión y la ansiedad. La falta de magnesio en el organismo provoca: hiperexcitabilidad, calambres frecuentes y
temblores en los párpados.
Presente en:
chocolate negro, copos de avena, germen de trigo, cereales enteros, mariscos,
nueces e higos, vegetales. Se puede tomar un
suplemento de magnesio tres semanas al mes, pero nunca hacerlo de forma
continuada sin intervalos.
hierro:
Necesario para el correcto funcionamiento del sistema
nervioso. Si bajan sus niveles en sangre se incrementa el riesgo de padecer
ansiedad. Se encuentra en proteínas presentes en gran cantidad de alimentos:
algas, mariscos, cereales integrales, lentejas, garbanzos, guisantes, judía, carne, pollo, pescado,
huevos, etc...
CIERTOS AMINOÁCIDOS:
Triptófano:
Es esencial (nuestro organismo no lo puede fabricar y tiene
que incorporarlo por la alimentación). Permite producir serotonina y
melatonina, por lo que actúa como antidepresivo, reduce la ansiedad e induce el sueño de forma natural.
(Presente en: queso, carne magra, pescado, pavo,
cacahuete, semillas de calabaza y ajonjolí, plátano, nueces, soja y derivados
como el tofu, etc...).
GABA (ácido gamma aminobutírico):
Importante inhibidor fisiológico del sistema nervioso
central, que entre otras las funciones inhibe los sentimientos de miedo y ansiedad.
Las personas con depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar, síndrome de
ansiedad y otros trastornos de la salud mental sufren alteraciones en el
sistema del GABA.
Glicina:
Uno de los principales inhibidores fisiológicos del sistema
nervioso.Efecto sedante, tratamiento de la ansiedad y tensión
nerviosa, ataques de pánico e insomnio. (Presente en proteínas de origen
animal y vegetal: carne, pescado, huevos, soja y sus derivados (tofu),
espárragos, garbanzos, lentejas, etc.).
FITOTERAPIA:
Múltiples plantas
tienen principios activos tranquilizantes para combatir la ansiedad, el
nerviosismo, el insomnio y otros. Empleados en gotas, cocimientos e infusiones.
Algunas son:
Hypericum perforotum, Passiflora incarnata, Melissa officinalis, Valeriana officinalis,
Verbena officinalis, Tilia platyphillos, y otras.
HÁBITOS RECOMENDABLES:
- Llevar un horario ordenado: horas de sueño, de alimentación, de estudio, ocio, etc…
- Descansar lo suficiente.
- Comer con frecuencia raciones pequeñas.
- Tomarse tiempo para comer, masticar lentamente, relajarse, comer acompañado.
- Consumir alimentos completos y naturales: frutas y vegetales.
- Beber de 1,5 - 2 litros de agua por día. Incluir una ensalada mixta, de preferencia policromática y de vegetales crudos de estación.
- Reducir las grasas y proteínas animales salvo necesidades nutricionales especiales.
- Usar mejor aceites vírgenes que aceites refinados.
- Consumir fibra dietética, que no es absorbida por el intestino, pero facilita la digestión de los demás alimentos, acelera eliminación de residuos, evita los picos de insulina y ayuda a controlar el peso.
- Evitar los cambios muy bruscos en la dieta, (aún en el sentido deseable, pueden producir inconvenientes e incrementar la ansiedad).
- Practicar ejercicio físico, andar aproximadamente entre media y una hora diaria a ritmo constante.
- No obsesionarse con la alimentación y la vida sana (ortorexia).
- Aprender a respirar y utilizar técnicas de meditación y relajación.
Consideraciones finales:
Una dieta balanceada, dentro de un estilo de vida saludable, y mantener una
adecuada relación con la vida, ayudará a prevenir o reducir las crisis de
ansiedad; pero si se padece, las causas y los síntomas deben ser tratados.
Prof. Hélade Sotomayor
Prof. Hélade Sotomayor
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Gracias por compartir vuestros conocimientos a través de artículos tan interesantes y útiles para mejorar en calidad de vida y salud.
ResponderEliminarElisabet
Gracias a vosotros por seguirnos. Nos alegramos de que os interese.
ResponderEliminarBonito Artículo. Cuesta desprenderse de ciertos hábitos como el café, pero es bueno darnos cuenta que aveces se nos pegan tendencias como comer en la mesa de trabajo. Gracias por compartir vuestra experiencia.
ResponderEliminarGracias por seguirnos. Con respecto al café, no se trata de quitarlo. A mí un buen café en la mañana y en ocasiones uno a mediodía, o tomado con amistades... que no me falte (viniendo de Cuba...). Más bien se trata de, conociendo la sensibilidad individual que tenemos a la cafeína, evitar excedernos, y más si tendemos a la ansiedad. El café hasta 2 - 3 tazas es un estimulante natural que nos aporta energía, tonifica el organismo, alivia la fatiga física y mental y favorece el rendimiento intelectual; pero personas muy sensibles no deberían tomar más de una taza al día y preferiblemente filtrado y no muy concentrado, más bien el llamado "americano". De cualquier forma, también interesaría que no fuese un hábito, es decir, que si no lo tomamos a diario no sea un problema. Créeme que se consigue.
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