lunes, 21 de enero de 2013

Hipertensión: el ABC de las plantas para combatirla


Las plantas medicinales pueden ser muy útiles para la hipertensión arterial (HTA), no obstante si se está tomando medicación para ésta se debe consultar con el médico antes de recurrir a la fitoterapia.
 

Algunas personas sufren de HTA por retención de líquidos e insuficiencia cardiaca. En este caso, las plantas más usadas son: olivo, diente de león y espino blanco, aunque de manera puntual pudiera  ser válida la cola de caballo, uno de los diuréticos más potentes. 

Olivo (Olea europea): Cultivado desde tiempos remotos en la cuenca mediterránea donde ha sido considerado árbol sagrado y símbolo de paz, es muy apreciado por el aceite extraído de su fruto. La acción hipotensora de las hojas ha sido atribuida al iridoide oleoeuropeósido, responsable también de sus propiedades vasodilatadoras, antiarrítmicas y espasmolíticas. Además se comporta como un buen diurético, acción que se ve reforzada por los flavonoides y sales potásicas que presenta en su composición. Resulta útil en la prevención de arteriosclerosis y enfermedades coronarias y también permite tratar los trastornos asociados a la HTA, como vértigos, cefaleas y zumbidos de oídos. Consejo de utilización: infusión a razón de 40 gramos de hoja por litro de agua hirviendo, hasta 3 tazas al día, o cápsulas de polvo de hojas. Contraindicada cuando hay oclusión de las vías biliares o íleo.
 
Diente de león (Taraxacum officinale): Se usan las raíces y hojas. El efecto diurético radica fundamentalmente en las hojas por las sales de potasio y los flavonoides, aunque puede usarse la planta completa. Tiene efecto diurético natriurético (es decir, elimina sodio) y además elimina ácido úrico. En general, es un excelente depurador hepatorrenal.Consejo de utilización: infusión de hojas 20 – 50 gramos por litro 3 veces al día. 
Espino blanco (Crataegus oxyacanta): Es un excelente remedio cardíaco, que se emplea en los diferentes trastornos cardiocirculatorios de nuestra época. Posee un efecto hipotensor además de ser regulador del ritmo cardíaco y vasodilatador coronario. Se debe tener precaución, pues en altas dosis puede producir parada cardiorrespiratoria. Se puede elaborar una infusión de una cucharada de sus flores secas, tres veces al día. 

Las plantas que tienen propiedades similares deben irse rotando. Se pueden usar entre 2 - 3 meses y después cambiar por otra. 

Cola de caballo (Equisetum arvense): Presenta una composición química variada, muy rica en sales minerales, entre ellas, sales de potasio. Además, contiene flavonoides y otros principios activos que le confieren su efecto diurético, propiedad de la que derivan muchos de sus usos más habituales. También es empleado como remineralizante y hemostático.
Precaución: La cola de caballo no debe usarse de forma continuada pues posee principios tóxicos que lo desaconsejan como: tiaminasa (enzima que destruye la vitamina B1 o tiamina), saponósidos (equisetonina), alcaloides, etc. Además, según la Medicina Tradicional China, desgasta la energía del riñón.Contraindicada en el embarazo.

Otras plantas útiles:
Apio: Es un buen diurético, resultando útil para bajar la presión arterial. En este caso, lo ideal es consumir el apio crudo previamente lavado.
Enebro: Es útil como coadyuvante en el tratamiento contra la hipertensión, ya que elimina los líquidos sobrantes. Elaborar una infusión con media cucharadita de sus bayas secas previamente machacadas. Tomar en caliente, tres veces al día. Contraindicado en embarazadas porque es occitócico. El aceite esencial puro es irritante renal y puede provocar hematuria (sangre en la orina), albuminuria (albúmina en la orina, síntoma de trastorno a nivel glomerular) y micción dolorosa. Se puede usar solo en tratamientos a corto plazo.
Achicoria: Contiene inulina y sales de potasio, que ayudan a rebajar la tensión arterial. Se puede elaborar una decocción durante 10 minutos de 50 gramos de raíz seca por litro de agua. Tomar tres veces al día.

En otras ocasiones la HTA está asociada a estrés y ansiedad. Existe una gran variedad de infusiones de plantas sedantes. Entre ellas:

Tila (Tilia platyphyllos): Planta relajante muy popular. Ideal para el estrés y el nerviosismo. De hecho, es muy recomendable para que las personas se serenen antes de ir a dormir. Además es: diurética, hipotensora, dilatadora a nivel coronario y reduce la viscosidad sanguínea. Es muy fácil de emplear mediante infusión, o tomando una tisana de corteza varias veces al día. 

Lavanda (Lavándula angustifolia, L. officinalis): Otra planta medicinal sedante. Es perfecta para la irritabilidad, el insomnio, la ansiedad y el nerviosismo, combatiendo los dolores de cabeza que provocan esos malestares. Además, es diurética salurética e hipotensora. Consejo de utilización: en infusión de flores de 3 a 6 gramos, varias veces al día, o poniéndola en baño del agua para inmersión. 

Pasiflora (Pasionaria incarnata): Es ansiolítica, sedante, miorrelajante (relajante muscular) y se emplea en el tratamiento de la HTA. Consejo de utilización: infusión de hojas y flores, de 2 a 3 tazas al día o en tintura. Contraindicada en embarazo y lactancia.

Las plantas sedantes producen en algunas personas lo que se conoce como efecto paradójico, es decir, justo el efecto contrario al esperado. Si ese fuera el caso, retirar el consumo de esa planta.

Para terminar le recuerdo que la HTA debe ser abordada desde la prevención, pues sólo limitarse a tratarla como hemos expuesto implicaría incurrir en hacer medicina alopática con plantas medicinales. Prevención en este caso implica cuidar la dieta, realizar ejercicio físico habitualmente y tener una adecuada actitud mental. 

Desde hace algunos años, varios autores vienen insistiendo en la necesidad de atender al “aspecto metafísico de la enfermedad”, en sentido general. A este respecto, los síntomas se revelan como manifestaciones físicas de conflictos psíquicos. El “lenguaje de los síntomas” es psicosomático, es decir, sabe de la relación entre el cuerpo y la mente. Pero los síntomas se nos revelan con una sinceridad difícil de soportar, al punto de que muchas veces optemos por olvidar el lenguaje de los síntomas. Y es que resulta más cómodo vivir engañado. Pero no por mirar hacia otro lado y hacer oídos sordos conseguiremos que los síntomas desaparezcan. 

La enfermedad debería ser aprovechada como la oportunidad para subsanar nuestras “faltas” y hacernos más “sanos”.

Artículos relacionados:
Fuente:
“La enfermedad como camino”. Dethlefsen y Dahlke.

Aviso Importante: Toda la información mostrada procede de diferentes fuentes científicas y de la experiencia acumulada en el ejercicio de nuestra profesión, y tiene la finalidad de orientar en lo que puede hacer el estilo de vida y el uso de ciertas terapias naturales por tu salud. En ningún caso pretende reemplazar el consejo o la prescripción de un profesional de la salud. Es tu responsabilidad asesorarte y respetar el criterio de tu médico de cabecera y/o especialista en lo que se refiere al seguimiento de un tratamiento en particular o la adopción de una terapia natural complementaria o alternativa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario