viernes, 4 de enero de 2013

El Poder del Pensamiento.

“Las condiciones en las cuales nos hallamos son el resultado de lo que hemos pensado”.
(Dhammapada)

Un viejo cuento zen dice que un hombre va al lago cargado con un saco lleno de peces. Con su barca se dirige al centro del mismo, vaciando allí el contenido que llevaba. Después se pone a pescar, admirándose  cuando extrae uno del agua, de que sea grande o pequeño, feo o hermoso, de su color, peso,…
La enseñanza que encabeza este artíclo está entresacada del primer verso del Dhammapada, un texto de referencia en el mundo del budismo; y en ella, al igual que en el viejo cuento zen, se hace referencia a la enorme influencia que tienen en nuestra vida, los pensamientos que continuamente elaboramos. Nuestra misma medicina occidental, está teniendo cada vez más en cuenta un principio, que ya tenía la medicina en la antigüedad, de que la mayoría de las enfermedades que padecemos, tienen un  origen psíquico-mental. De ser así, la aparición de la misma a nivel físico, sólo sería la repercusión tardía de una causa que se habría producido con anterioridad en planos más sutiles del ser humano.
La Medicina Tradicional China ha reconocido asimismo desde sus orígenes la excepcional importancia del factor mental en la salud. Veamos un ejemplo de ello.
Dentro de la Teoría de los Cinco Elementos, se dice que el Elemento Tierra está relacionado con el Bazo-Páncreas (BP) y el Estómago (E); los cuales debemos entender como funciones energéticas que van más allá del propio órgano físico. Pues bien, según la citada teoría, a la función BP-E le afectaría negativamente las obsesiones mentales, entendiendo por ello el hecho de tener una preocupación que una y otra vez aparece en nuestra mente, llegando a absorber prácticamente todo su espacio y energía. Como un normal funcionamiento de la función BP-E se da cuando se tiene -entre otras- un buen apetito, digestión y absorción, es evidente que una mala gestión de nuestro campo mental, las terminaría alterando.
Si tenemos en cuenta lo anteriormente citado, es evidente que debemos realizar un esfuerzo de atención sobre nuestra mente, para evitar que toda obsesión y, en general, todo tipo de contaminación tenga cabida en ella, sustituyéndolas por un pensamiento positivo, por una visión más luminosa de la  existencia, en el convencimiento de que, sean cuales fuesen las circunstancias en las que nos hallemos, éstas no dejaran de mejorar si operamos correctamente con el Poder del Pensamiento.

1 comentario:

  1. Esto me recuerda a un artículo que leí hace algun tiempo y que preguntaba algo como por qué enfermamos? Luego de muchas respuestas todas muy interesantes me quedé con una que decía algo como: enfermamos porque somos concientes de lo que nos hace mal y lo seguimos haciendo. Sería muy fácil simplificar y pensar que si tenemos pensamientos positivos sobre nosotros mismos y si somos constantes en esos pensamientos estaremos preparados para enfermar menos, pero esto sería sintetizar demasiado un tema tan amplio donde juegan un papel muy importante lo que hacemos con nuestro entorno que también aporta gran parte de tóxicos a nuestro organismo. Somos concientes de que envenenamos nuestro aire y lo seguimos haciendo, de que contaminamos el agua que vamos a consumir; somos mucho más locuaces y persistentes a la hora de odiar que de amar; pretendemos curarnos con químicos antes que nutrirnos mejor y un largo etc. Total, tenemos gran parte de la solución en nuestras manos y sí, en nuestra mente, pero la usaremos? Una vez que ya hemos llegado a enfermar, seremos (y podemos) ser capaces de autocurarnos?

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